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Parir es maravilloso… o no

‘Livin’LaVidaMadre. Amor y muchas dudas’ es un libro que habla de 16 mujeres que representan distintos tipos de maternidad

Ilustraciones Livin´LaVidaMadre
Ilustraciones Livin´LaVidaMadre

Seamos sinceros. Nos dijeron que ser madre era una experiencia estupenda y que las mujeres casi desarrollan superpoderes cuando se embarazan, dan a luz y crían a sus hijos. Además, trabajan, hacen deporte, organizan su casa y tienen una vida de pareja con el padre –cuando este existe- digna de película. Bien, vamos a ser claros. No tiene por qué suceder todo eso, puede que incluso nada de eso. A partir de esta premisa surge el libro ‘Livin’LaVidaMadre. Amor y muchas dudas’ (editorial Fanes) que viene a ser algo como: “todo lo que querías preguntar y no te atrevías porque da hasta miedo pensarlo”. Son 16 mujeres que representan distintos tipos de maternidad (madres solteras, de mellizos, de niños prematuros, adoptados) y que narran sus historias sin tapujos desde el optimismo y la ternura. Cuentan lo bueno y lo malo, las dudas, los miedos, alegrías y el mito de la conciliación en este país.

Seis de las protagonistas han pasado por la feria del Libro de Madrid para firmar ejemplares y las seis dedicaban unas palabras, algunas acompañadas por los niños protagonistas o por una incipiente barriga que ampliaría su familia. “¿Cómo te llamas? ¿Vas a ser padre? Verás qué aventura”, preguntaban a cada lector, al que no dejaban apenas espacio en blanco en la primera página dedicada. El proyecto ‘Livin’LaVidaMadre’ sigue abierto a través de su web para recibir los testimonios de aquellas mujeres que quieran compartir su experiencia. Éstas son algunas de las historias que recoge el libro, contadas en primera persona por sus protagonistas.

Alicia Van Assche.
Alicia Van Assche.

Alicia Van Assche. “Ser madre lo veo con un entrenamiento casi militar: son muchas noches sin dormir y en nuestro caso, que tenemos una productora propia, puede que coincida un rodaje todo el día y la noche anterior no has dormido nada. Pero te levantas y vas: no puedes dejar de trabajar ni enfermar. Tienes la sensación de que todo lo haces mal, en el trabajo y en casa. Cuando comentaba esto con mis amigas, descubrí que a ellas también les pasaba pero no habíamos encontrado un libro que explicase que eso es normal, que nos pasa a todos. De ahí surgió el proyecto ‘Livin’ LaVidaMadre’, para poner en común las historias por si a nuevas madres les sirven de algo nuestras experiencias”.

Elena Aljarilla. “La incompetencia del útero significa que tengo partos exprés. Pero el problema es que mi hijo mayor nació en la semana 28: cuando sólo estaba de seis meses y una semana. No recuerdo el dolor; recuerdo el miedo. No estábamos preparados. Yo entraba en un directo en televisión desde Bruselas a las nueve y cuarto de la noche y a las once y media nacía mi hijo. Mi marido estaba allí de vacaciones conmigo; llamó a su trabajo en Madrid y les dijo: “No vuelvo; me quedo a cuidar de mi hijo”. Cuando los médicos dicen “es un niño viable” te aferras a eso y pasas un mes en la UCI viendo cómo se forma, como una crisálida, turnándonos para el piel con piel, con el miedo a saber si los órganos vitales se desarrollarán bien y si no quedarán secuelas de algún tipo.

Elena Aljarilla.
Elena Aljarilla.
Sandra G. de Teherán
Sandra G. de Teherán

Sandra G. de Teherán. “Aposté por mi carrera profesional y, aunque queríamos tener hijos, siempre era un mal momento. Después de dos años sin conseguirlo decidimos ir a una clínica de fertilidad, que parece un tema tabú. Tres inseminaciones y una in vitro después seguíamos sin ser padres. Fue muy duro porque la frustración generaba tensiones y nos desgastó como pareja, así que decidimos tomarlo con calma y no obsesionarnos. Dediqué tiempo a encontrarme a mí misma, estudié un MBA, volví a sentirme realizada. Y probamos un último intento de in vitro; lo considerábamos “la última Coca-Cola del desierto”. Para nuestra sorpresa vinieron mellizas. Los últimos meses los pasé con una ciática que me obligaba a moverme en silla de ruedas, pero seguía muy motivada. El susto vino cuando nacieron y tuvieron que pasar 21 días en la UCI porque una de mis hijas sufría un neumotórax y después atelectasia: se plegó el pulmón sobre sí mismo. No despertaba de la anestesia y pensábamos que la perdíamos. Pero al fin despertó. Ahí te das cuenta de que lo que realmente querías en la vida era tener a tus hijos”.

Natalia Hermoso.
Natalia Hermoso.

Natalia Hermoso. “Mi hija Martina era una niña complicada y a mí me vino grande. Yo tenía mi propia farmacia, que había conseguido sacar adelante con gran esfuerzo económico, físico y mental, donde quería rendir al 100% y también hacer las cosas bien como madre. Por si fuera poco, cuando casi estábamos consiguiendo adaptarnos al cambio, a los cinco meses, me entero de que estoy embarazada de mi segundo hijo. De repente teníamos dos bebés. Así que como por mi personalidad no me vale hacer las cosas a medias ni quiero renunciar a la infancia de mis hijos para que les cuiden otros vendí mi farmacia. Ahora trabajo desde casa con una tienda online de venta de productos y regalos tipo cestas para bebés y eso me deja tiempo para cuidar de mis hijos. No me arrepiento en ningún momento, pero si hubiera sabido que era tanto el sacrificio, no sé si lo volvería a hacer así”.

Irene García. “Me parece una decisión durísima ser madre, muy exigente las 24 horas que intentas ser mejor persona para servir de ejemplo. Cuando nació mi hija, mi principal miedo era que la niña se diera cuenta de que no me salía el instinto maternal. No sabes cogerla bien, no sabes si lo estás haciendo todo mal… pasé el primer año sin saber por dónde me venían los tiros. En los peores momentos hay que parar y decirse: “Esto que me está pasando es magia”. Es fascinante ver cómo de la nada surge una personita que va creciendo, desarrollando sus propios gustos y personalidad. Mi consejo a los padres novatos es que sepan que los niños siempre salen adelante, la naturaleza es sabia. Al final es más fácil de lo que parece. Si se tiene miedo, es normal; el miedo por los hijos no se pierde, sólo cambia”.

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