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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Contra el 'plan perfecto' de la Unión Europea

Hoy escribeJuan de Sola, periodista y presidente de la ONG Agareso. Las imágenes son de (c)Miguel Núñez, tomadas en el campo de Idomeni (Grecia) pocos días antes de su evacuación.

Los felices ojos de Attahmohammed lo decían todo. Perdía su perspectiva en un desconocido punto de fuga como si quisiera agradecer a medio mundo la dicha de Osmanal llegar al Hospital La Fe de Valencia. Ha sido el resultado de una campaña realizada de forma magistral por la ONG Bomberos en Acción. Un empeño determinante para que el Gobierno de España activase todos sus mecanismos - al menos esta vez sí - priorizando los derechos humanos por encima de otros criterios menos loables.

El pequeño convive con la parálisis cerebral desde que cumplió el año, una realidad causada por las secuelas de una meningitis. En las últimas semanas, lascondiciones en el campo de refugiados de Idomeni (Grecia), a medida que transcurrían los días, iban comprometiendo su salud a niveles muy preocupantes. Tanto que el estado emocional de la familia ya no podía disimular la desesperación e impotencia ante tanta injusticia concentrada.

Días antes de su llegada a España, Miguel Núñez, fotógrafo de la ONG Agareso, paseaba su sensible objetivo por el infierno griego donde miles de personas detuvieron sus caminos en medio de la incertidumbre.

Osman dormía, comía y vivía bajo una tela de lona. A merced del frío o calor, su menudo cuerpo debía resistir a una de las pruebas más exigentes: evitar enfermedades y abrazar la vida. Y lo hizo. Osman, abrigado por su propio silencio, resistió a unas condiciones extremas. Se temía por su estado. Pero finalmente recibió la visita de la esperanza: una oportunidad de salir del infierno.

Desde hace unos días, las autoridades griegas han puesto fecha de caducidad a la permanencia de los refugiados en el campo de Idomeni. Han comenzado a borrar esa terrorífica postal de la insolidaridad crónica que protagoniza Europa trasladando a personas, no se sabe muy bien a donde, con la finalidad de despejar esa zona y recuperar el tráfico ferroviario fronterizo entre Grecia y Macedonia. Y poco a poco, apagar las llamas de un infierno para encender otro fuego en un misterioso y desconocido lugar. Un perfecto plan para sacar de la primera escena una nefasta gestión humanitaria.

Quizás el último en salir de aquel agujero incrustado en el corazón de Europa fuese el pequeño Osman. Es muy posible que el final feliz de su historia se convirtiese en un aislado oasis ante tanto espanto humano. Pero el desastre persiste aunque ya no se presente en nuestras televisiones cada mañana, tarde y noche. Que no se emitan imágenes explicitas y amplias noticias de esta cruel realidad no permite creer que el problema ha quedado resuelto de forma milagrosa. Si fuera así, la estrategia ingeniada por la política europea habría funcionado a la perfección. Habría sido un éxito la aplicación de las tres claves maestras: evacuar, dispersar y deportar.

Contra esta estrategia, solo una lucha colectiva frente a la amenaza del silencio podrá frustrar este pretendido olvido del refugiado. De nosotros depende extraviar la atención o recordar, con insistencia, que el drama tiene a miles de seres humanos nadando sin rumbo en el mar de la injusticia a la espera de una mínima oportunidad, de una solución digna.

Comentarios

A ver si dejamos de manipular con fotos de niños. Vienen mayoría de hombres jóvenes a no dar golpe.
A mi las fotos me parecen un claro reflejo de la realidad, pobres niños.
A ver si dejamos de manipular con fotos de niños. Vienen mayoría de hombres jóvenes a no dar golpe.
A mi las fotos me parecen un claro reflejo de la realidad, pobres niños.
A ver si dejamos de manipular con fotos de niños. Vienen mayoría de hombres jóvenes a no dar golpe.
A mi las fotos me parecen un claro reflejo de la realidad, pobres niños.

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