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Lucio Blázquez, el rey de los huevos

A Lucio Blázquez (izquierda, con Sacha Hormaechea) le han ofrecido abrir réplicas de su restaurante en Bruselas o Nueva York, pero él lo rechazó.

Ni un experto diplo­mático, ni un político internacional. Solo hay un hombre capaz de reu­nir a todos los expresidentes del Gobierno español en torno a una mesa. No se le verá en tertulias ni congresos, sino entre fogones y platos. Lucio Blázquez, legendario propietario de Casa Lucio, ha visto pasar por su restaurante –y ahí sigue– a los personajes más destacados de la historia reciente, desde la política al cine, la música o el deporte. Cantinflas, Pelé, Bill Clinton, Kofi Annan, Gabriel García Márquez y Severo Ochoa son solo algunos de los ilustres invitados a los que ha agasajado con una mano izquierda con la que cualquier torero hubiera soñado. “Todos los mejores artistas del mundo han pasado por aquí. Todos”, subraya él, en la mejor de las formas a sus 83 años. “Jane Fonda es la que más me ha impresionado, la más sensata. Aunque la más guapa de todas es Ursula Andress”.

Reconocido mundialmente por sus huevos estrellados, la receta más sencilla y suculenta creada en los últimos años (amén de la más imitada), para Lucio se trata de “un plato que no tiene trampa ni cartón”. “Es como se ve: con la mejor patata y el mejor aceite”. Eso compruebo in situ, con él: utiliza una cocina económica, de las de siempre, como las que usaban nuestras abuelas, con carbón, llena de sartenes y bullicio, y con maestros de toda la vida marcando el ritmo de los fogones que me permiten descubrir su truco. Consiste en ser capaz de algo genial, digno del Circo del Sol: dar dos vueltas en el aire a media docena de huevos sin que se rompa ninguno antes de cubrir las patatas recién hechas.

Empezó con 12 años como aprendiz de camarero en el Mesón del Segoviano, hoy Casa Lucio. “Entonces dormía allí, donde tengo el viejo barril”, recuerda mientras señala un rincón del local. El abulense no ha abandonado nunca su símbolo: una impoluta chaquetilla blanca. “Tengo seis por ahí”, cuenta este rojiblanco sobrado de anécdotas a quien, asegura, “don” Santiago Bernabéu “quería un montón”. “Todos los presidentes del Madrid me han llevado a ver partidos”, recuerda. “Estábamos esperando en el hall, creo que en Alemania, para montar en un autobús que nos llevaba a todos al palco. Y pasa don Santiago por el ascensor y nos mira a todos y dice señalándome: ‘Como ese que hay ahí, quisiera yo 10 en el Real Madrid”.

A alguien a quien todos los chefs modernos han respetado sus huevos estrellados, ¿le interesa la nueva cocina? “Hombre”, responde, “pienso que todos hacen lo posible por triunfar, y también hay que aplaudir eso, porque pienso que lo hacen de corazón, por creer que lo que hacen es muy bueno. Pero a mí, particularmente, no me ha cambiado nadie. Mi forma de trabajo es: lo más caro y lo mejor, para mí”. A Lucio le han ofrecido abrir restaurantes como el suyo en “casi todas las capitales del mundo”, desde México a París, Bruselas, Londres o Nueva York, en esta última incitado por “el gobernador de la ciudad, que vino con el Rey [emérito]”. Pero él sigue en Madrid, acompañado siempre de sus hijos, “unos fenómenos”, también al pie del cañón.

“Soy uno de los que más han trabajado y que más han vivido en España. Y una de las personas que más saben de lo que ha pasado”, revela. “De todo. Si fuera a la televisión y hablara un poco de las cosas… ¡Madre mía de mi alma, lo que yo he vivido! ¡Pero con todas las figuras! Y no de conocerlos, sino de alternar: de ir a Sevilla, a Barcelona, a Nueva York, a Miami, donde me dieron la medalla de oro… Yo he vivido con todos los artistas de cine de España, saliendo, tomando copas… Y todos me han querido mucho”.

Entonces, parece que el secreto es seguir siendo solamente Lucio. Que la gente venga y aprenda.

–¿Y algún día contarás todo lo que dices?

–¡A ver si vivo! –responde divertido.

–¡Si estás estupendo!


2069CasaLucioplato

Huevos estrellados de Lucio

4 euros por persona

Ingredientes

Para 4 personas

  • Ocho huevos
  • Cuatro patatas de freír
  • Aceite de oliva de 0,4 grados
  • Sal

Instrucciones

1. Para las patatas

Pelar las patatas y lavar. Secar y cortar en tiras. Incorporar a una sartén con abundante aceite. Salar.

2. Para los huevos

Freír los huevos en una sartén antiadherente. Salar cuando las claras tomen color. Dar la vuelta en el aire y dejar un minuto más al fuego. Volcar los huevos sobre las patatas y romper suavemente con tenedor y cuchara.

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