‘Viridiana’
Observaciones como la de Iglesias o la de Montoro insinúan que su silencio sobre el cine español responde a su desprecio
La revista de cine Caimán, dirigida por Carlos F. Heredero, ha celebrado su número 100 con una encuesta sobre las mejores películas españolas de todos los tiempos. Viridiana, de Luis Buñuel, es la señalada como la número uno. Nadie sabe si es la mejor. Ya decía Azcona que “mejor” sólo se puede utilizar si hay cronómetro. Pero me encanta que esa debilidad personal sea compartida por tanta gente. Cuando se estrenó, la fui a ver cada tarde durante una semana. Fue uno de los impactos de mi adolescencia. Me la aprendí de memoria, como si fuera un poema.
Mientras, a Pablo Iglesias se le ha ocurrido esto: “En los Goya hubo un homenaje a Buñuel. ¡En 2016! A mí me parece que Buñuel ya no es válido. Ha perdido buena parte de su capacidad de provocación por la secularización de nuestra sociedad”. Con dos cojones. Me desconcertó que el tipo culto y escritor cinematográfico que también es Pablo Iglesias sufriera ese desvarío de estudiante engreído de la ESO. Se había cargado de un disparo el valor de los clásicos, de la historia, de la memoria colectiva y de la propia cultura. Un mal día lo tiene cualquiera, pero hay que tener muy mal día para soltar algo así.
Es inaudito que a un líder político se le escape una impresión alrededor de la cultura o del cine español. Yo lo atribuía a que esas fruslerías les traen completamente sin cuidado. Pero observaciones como la de Iglesias o la de Montoro –crítico con la calidad general de nuestro cine- insinúan que ese silencio no responde a su insensibilidad sino a su desprecio. Callan para que no se les vea el plumero.