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Cómo colgar un cuadro sin que la pared quede como un colador

Cogemos alegremente el taladro y, venga, nos ponemos a hacer agujeritos... con resultado casi siempre nefasto. Lee esto para que no te vuelva a pasar

El Gordo y El Flaco, a punto de hacer añicos la pared en la película 'Nothing but trouble' (1944).
El Gordo y El Flaco, a punto de hacer añicos la pared en la película 'Nothing but trouble' (1944).

Parece sencillo. E incluso nos sentimos poderosos con el taladro en la mano. Hasta que vemos el resultado, casi siempre chapucero cuando no directamente catastrófico. En muchas ocasiones, nos ponemos a agujerear la pared sin tener del todo claro, por ejemplo, la ubicación ideal, el peso del cuadro o la nivelación del mismo. Incluso, fallamos en algo básico: escoger bien las herramientas. Para que no pase malos ratos y la experiencia no sea un desastre, le aconsejamos, en voz de los expertos, cómo colgar -en simples y útiles pasos- un cuadro sin que la pared quede como un colador.

Herramientas adecuadas

“Si ponemos un cuadro demasiado arriba, la iluminación en la zona alta de la pared siempre tiende a quedar en penumbra; es decir, el cuadro quedará mal iluminado

Es imprescindible, según el director de la empresa Bricotodo, Enrique Caballero, un taladro y una broca de buena calidad. Además, debe asegurarse de tener a mano estos elementos: hembrillas (que irán en el cuadro), alcayatas y sus respectivos tacos, un martillo y un nivel (de burbuja). Antes de taladrar, nos cuenta el experto, “es necesario verificar el tipo de pared. Si es de ladrillo es necesario generalmente una broca de widia y en caso de una pared de yeso laminado lo mejor es una broca metálica”. Aunque muchas veces no reparamos en el tema de la broca y utilizamos la que tenemos a mano, Caballero insiste en la recomendación: “Es fundamental, incluso más importante que la calidad del taladro. Una broca de mala calidad no corta lo suficiente la pared, deja la perforación deteriorada y después no sirve para introducir el taco”.

Hembrilla
Hembrilla

Poner las hembrillas

Como segundo paso, se necesita poner dos hembrillas en los laterales de la parte de atrás del cuadro. El presentador del programa televisivo Hazlo tú mismo (emitido por La 2 de TVE), Juan Mateos, aconseja que lo ideal “es ponerlas en el bastidor del cuadro y no en el marco”. Añade un error muy común: “Poner una sola hembrilla en el larguero superior del marco. En ocasiones el peso del cuadro y los cambios de temperatura producen que se despegue poco a poco la parte superior del bastidor”. Para facilitar la entrada de las hembrillas en los bastidor laterales, hay dos opciones: “O bien se utiliza una broquita fina o, algo más tradicional, una barrenilla”, dice el experto. Y aclara:  “Actualmente la mayoría de los cuadros vienen con las hembrillas incorporadas”. Así que ya sabe, si compra un cuadro fíjese que incluya las hembrillas en los laterales traseros y con ello se ahorrará este paso.

Ubicación del cuadro

El siguiente paso es determinar la posición del cuadro en la pared. Lo lógico, según Caballero, “es tomar como medida de referencia la altura de los ojos. Eso sería lo ideal”. El anterior consejo tiene, según Mateos, además, una explicación estética y práctica: “Si ponemos un cuadro demasiado arriba, la iluminación en la zona alta de la pared siempre tiende a quedar en penumbra, es decir, el cuadro quedará mal iluminado. Y si se coloca muy abajo, el inconveniente es que cuando se quiera poner inmobiliario, como un sofá, se produce un tropiezo estético entre cuadros y muebles”. Para definir una posición correcta, dice el profesional, es recomendable una segunda opinión.

Broca de widia
Broca de widia

El paso decisivo: nivelar y taladrar

Este es sin duda el paso crucial y donde no pocos abandonan la tarea. Caballero hace una primera advertencia: "Una vez definida la ubicación no hace falta medir desde el suelo o desde el techo el punto donde se quiere poner el cuadro, que es lo que comúnmente hacemos". Mateos, con sus años de experiencia, nos da la clave: 1) "Simplemente se pone el cuadro en la pared y se le da un golpe seco (a la altura de una de las hembrillas) para que deje una marca en la pared; 2) En dicha marca taladre directamente, ponga el taco, coloque la primera alcayata y cuelgue el cuadro de ese lado; 3) Ponga el nivel encima del cuadro, nivélelo (que la burbuja esté en el centro) y realice un segundo golpe (en la otra hembrilla) para que quede la segunda marca; 4) Taladre dicha marca, ponga el taco y la alcayata; 5) Cuelgue el cuadro de ese lado y listo”. Finalmente, señala el profesional, si el cuadro pesa demasiado es recomendable utilizar alcayatas tipo roscas, ya que se adhieren mejor a la superficie de la pared.

Adhesivos, una nueva alternativa

Bien sabemos que muchas veces no tenemos las herramientas adecuadas o simplemente nuestro casero nos impide hacer agujeros en la pared. Por ello, se han ido incorporando nuevas opciones para colgar cuadros que prescinden del taladro. El fundador de Bricocrack, Juan Mateos, advierte: “Básicamente la única solución sencilla y medianamente segura son los adhesivos. Entre ellos hay un sistema de unión por champiñón, es decir, un pegado de enlace. Uno de los adhesivos se pega en la pared y el otro en el cuadro y se unen”. ¿La ventaja de este sistema? “Cuando se quiere retirar este adhesivo (tanto del cuadro como de la pared) sólo se debe tirar hacia abajo y desaparece sin prácticamente dejar marca”, asegura el especialista. Finalmente, esta opción es muy recomendable, según nos advierte Enrique Caballero de Bricotodo, “para fijar cuadros en cuartos de baño o cocinas, ya que se evita taladrar zonas con azulejos. Además, resisten perfectamente la humedad”.

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