_
_
_
_
Tentaciones

Gracita Morales, 'Pozi' y otros famosos de éxito que murieron olvidados

Repasamos los tristes casos de artistas que cayeron en desgracia y pasaron de lo más alto a desaparecer sin que nadie se diera cuenta

Gracita Morales en '¡Cómo está el servicio!'
Gracita Morales en '¡Cómo está el servicio!'

Hay mucha mitología popular -sobre todo jocosa- en torno a la cuestión necrológica en el mundo entero. Se suele decir que los muertos populares van en pack de tres. Por ejemplo, Michael Jackson, Faraw Fawcett y David Carradine murieron a la vez (Junio 2009). O Robin Williams, Lauren Bacall y Charles Keating (Agosto 2014); o Ángel Cristo, Jordi Estadella y Antonio Ozores (principios de Mayo de 2010) por poner algún ejemplo netamente español…

También es común el género de falsa necrológica o rumor de muerte popular: Paul McCartney, Miley Cyrus, Avril Lavigne, o Miguel Bosé y Ana Torroja en nuestro país.

Mis amigos tienen un juego (está bien… tenemos) en el que alguien rescata el nombre de un personaje popular olvidado y rápidamente tenemos que decir si está vivo o muerto. Por ejemplo: Leslie Nielsen, Miguel de la Quadra Salcedo, Shirley Temple, Constantino Romero… (Por cierto éstos son muerto, vivo, muerta y muerto).

Y es que la muerte en el mundo de los vivos da mucho juego, sobre todo cuando se toma a chufla conforme al grado de popularidad. Lo que es serio de verdad es que muchos personajes que alcanzaron una fama tremenda en un momento de su vida, mueran olvidados, o, como en el juego “vivo o muerto” ni siquiera se sepa qué fenecieron. En algunos casos, la historia se tiñe de auténtico drama. He aquí un somero repaso de cadáveres anónimos que conocieron la popularidad en vida:

Gracita Morales: Hubo un tiempo en el que le escribían papeles a su medida, porque esta actriz era garantía de éxito en la taquilla. Murió en 1995 a los 66 años, cuando al parecer llevaba una década -en palabras de una sobrina- "sola, abandonada y drogada" de medicamentos. Al parecer padecía una profunda depresión y era conocido su carácter difícil. Alfredo Landa escribiría "Gracita Morales era caprichosa, despótica e intratable".

Pedro Garfias: Es un caso paradigmático de olvido artístico. Era uno de los mejores poetas de la Generación del 27 y compuso poemas míticos como Asturias, convertido en canción años después por Víctor Manuel. Impulsó con entusiasmo el dadaísmo, el ultraísmo y el creacionismo. Fue un vanguardista al que todos auguraban un puesto en el firmamento literario, pero tras la guerra civil se exilió a Mexico y terminó recitando poesía a cambio de limosna, en la indigencia y olvidado por todos.

Antonio Morales, Junior (no era familia de la anterior): En los años 60 el panorama musical español estaba copado por una escena molona que recorrió de arriba a abajo Junior, un joven yeyé que conoció la fama con sus grupos Los Pekenikes, Los Brincos y la remató con el dúo Juan y Junior.  Junior se casó con Rocío Durcal y asumió su papel de consorte de artista sin rechistar. Ya viudo se vio sumido en algún escándalo de herencias y cosas feas. Aunque no murió olvidado, sí que tenía menos fama que en su juventud.

Sonia Martínez: Si usted tiene canas y/o calvicie, fácilmente recordará a esta juvenil presentadora especializada en el público infantil. Era vivaz, pizpireta y muy atractiva. Unas fotos en Interviú le apartaron de su carrera profesional y el desaforado consumo de drogas hizo el resto. Su declive vino por la heroína, vivió en la indigencia y murió víctima de sida en 1994.

James Avery: Seguro que por este nombre no le sale nada… Pero su rostro y su voluminoso cuerpo fue archiconocido en el mundo entero, cuando encarnaba al padre de la familia de acogida de El Príncipe de Bel Air, una de las series más exitosas de todos los tiempos, que sirvió para catapultar a Will Smith, que diría de Avery que fue todo un maestro para él.

Michelle Thomas: Otra de las series familiares que triunfó al comienzo del siglo fue Cosas de Casa. Allí esta actriz interpretaba a Myra, el amor platónico de Steve Urkel. Un cáncer de estómago se la llevó a los 29 años y pasó a engrosar las filas de los muertos olvidados.

Chris Penn: A este actor, la película Reservoir Dogs de Tarantino, lo convirtió en leyenda. Pero su carrera fue muy nutrida y amplia. En su juventud se había metido lo más grande en cuanto a drogas, y tal vez a los 40 años, cuando murió (limpio), eso y la obesidad le pasaron factura.

Manuel Reyes, Pozí: Hubo un tiempo en España que los shares televisivos eran algo masivo, y todas las generaciones se arremolinaban en torno a Crónicas Marcianas productos por el estilo. Allí se dio a conocer un personaje homosexual, rural y enjuto que hacía gracia por su parquedad neuronal. Pozí (llamado así porque era su habitual contestación) es un clásico ejemplo de juguete roto, que aunque venía de la pobreza, probó las mieles de la popularidad. Murió indigente, alcoholizado y sin dinero.

Harold Ramis: Todos conocimos su careto gracias a Cazafantasmas, pero Ramis también fue un brillante guionista y un buen director de Hollywood, centrado sobre todo en la comedia. Murió en 2014 de una enfermedad rara que le impedía incluso caminar.

Justin Pierce: Kids se convirtió en una película de culto desde su estreno. y sus protagonistas alcanzaron en seguida el extraño status de referentes del underground noventero. Pierce, que interpretaba a Casper, aunque continuó su carrera de actor, cultivó drogas y depresiones, y con solo 25 añitos se ahorcó en su habitación del hotel Bellagio de Las Vegas. Dejó dos notitas de despedida.

Roy Scheider: ¿Quién no se acuerda de la saga Tiburón? Roy Scheider era el policía Martin Brody, empeñado en acabar con el escualo que había sembrado el terror en las playas de Amity. En 2008, murió por una infección bacteriana. Nadie se acordaba ya de él.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_