Stromae: “He cambiado mi música cambiando de estilismo”
El cantante belga lanza una tercera colección en colaboración con su mujer, la estilista Coralie Barbier, y el colectivo Mosaert
Stromae pega aún más fuerte. Pero sin ruido y sin música, y todo color y materia. Aunque estas líneas de ropa son reconocibles entre las demás, el estilo de la estrella belga no es invariable. Después de su encuentro con los Sapeurs congoleños, ha decidido quitarse sus prendas de adolescente.
Su nueva línea de ropa no está firmada por Stromae, sino por Mosaert, que es el nombre del colectivo creativo que ha formado con su mujer, la estilista Coralie Barbier, su hermano en la dirección artística y los diseñadores gráficos de Boldatwork.
Pregunta. ¿Cómo se les ocurrió esta idea del colectivo?
Stromae. El nombre se le ocurrió a mi hermano Dati Bendo cuando firmé con Universal en 2009. Le pedí un anagrama bonito para nuestra productora independiente. Después, con Coralie, cuando lanzamos la primera colección de ropa en 2014, no discutimos mucho tiempo por el nombre. Le hablé de ello a mi otro hermano, Luc, que es mi director artístico desde siempre y que estaba dispuesto a participar. Y luego, eso fue creciendo poco a poco. Y podría crecer todavía más, para incorporar el diseño, por ejemplo. No hay límites. Es en función de nuestras necesidades creativas y de lo que nos apetece hacer.
P. Coralie Barbier y usted se conocieron en 2012. El estilo de Stromae ya era muy marcado desde sus inicios. ¿Qué influencia ha tenido en la construcción de su imagen?
Barbier. Es verdad, tenía unos códigos muy marcados, un lado un poco dandy, colegial. Simplemente tuve que ceñirme a eso. Pero hay mucha libertad con él: no tiene muchos complejos, y se atreve. Trabajamos en Racine carrée, el segundo álbum [publicado en 2013]. Juntos creamos un atuendo para cada tema. El objetivo era que lo visual fuese muy potente, con una idea parecida a la wax africana. El grafismo estaba muy relacionado con las carátulas del álbum. Había un auténtico trabajo de equipo.
Stromae. La música lo impulsaba todo. Intentábamos reproducir en imágenes los textos o la temática sonora.
P. También es muy impactante en sus clips, como en Quand c’est?, que representa el cáncer con la forma de un árbol tentacular.
Stromae. Sí, en ese clip Luc es casi codirector. Sin él nunca habría sido igual.
P. En cuanto al diseño de ropa, ¿cómo se hace en el colectivo?
Barbier. Depende un poco de las colecciones. La primera y la segunda estaban muy relacionadas con el álbum. O yo tenía una idea, o la tenía Paul [el verdadero nombre de Stromae], y luego la discutíamos. Aquí es diferente, porque el disco está terminado, y nos apetece que estas colecciones cápsulas sean más independientes. Esta es un poco como la de transición: todavía tiene la misma influencia que la primera y la segunda, con ese espíritu de la wax africana, pero los efectos visuales ya no están relacionados con un tema.
P. ¿Desde cuándo se empezó a interesar por su look?
Stromae. Era más integrista del hip-hop cuando era chaval. Seguía los códigos y me vestía con ropa ancha. Y luego me di cuenta de que se puede ser anticonvencional o, en cualquier caso, que se puede crear una identidad saliéndote de los patrones habituales. Y empecé a llevar boina, a vestirme con ropa más ajustada. Era más divertido. Entonces fue cuando me di cuenta de que también podía hacer otro estilo de música, mezclando los ritmos y las influencias. En realidad no hay límites.
P. ¿Cuándo se puso su primera pajarita?
Stromae. Creo que fue en una de mis primeras actuaciones en una discoteca. Después, seguí llevándola durante todo el primer álbum. Al final, ya ni siquiera me daba cuenta de que la llevaba. En mi vida real no me la pongo nunca. Es mi ropa de escenario.
P. ¿El estilo representa cada vez a un personaje de escenario, un poco como un Bowie?
Stroame. Por eso hacíamos, cada vez, un atuendo para cada concepto, porque son unas máscaras que permiten protegerme. Es la manera más sana de proceder en este tipo de profesión, que no es fácil.
P. ¿Cuál es su personaje preferido en la galería de Stromae?
Barbier. Para mí es Papaoutai. Porque es la primera ropa que salió en textil.
Stromae. Sí, es la emoción de ver por primera vez unas prendas que no existen en ningún sitio. Yo no sé cuál es. Quizás en el escenario era Merci. Estábamos en la sombra, desvariando entre músicos. En un momento en el que tenía tanta notoriedad que un poco de sombra me vino bien.
P. ¿El estilo de Stromae es inmodificable?
Stromae. Está cambiando, de hecho. Me di cuenta de que me podía permitir vestirme como un hombre, y no como un adolescente. A los 31 años, se hace un poco difícil. En realidad, son los Sapeurs [Sociedad de Ambientadores y de Personas Elegantes, una moda de vestir popularizada en la década de 1960 en el Congo] los que me han hecho descubrir eso.
P. En cualquier caso, se trata de un estilo único que tiene su éxito: las dos colecciones anteriores se agotaron en las escasas concept-stores en las que se pusieron a la venta, como aquí en Hunting and Collecting, en Bruselas.
Barbier. Sí, pero no en nuestra página web. La internacionalizamos hace un año. Y se vende realmente bien.
Stromae. Para ser sinceros, no ponemos muchas prendas en las tiendas. Pero aquí es un escaparate para nosotros. Y, además, nos gusta mucho este lugar.
P. ¿Prepara un tercer álbum?
Stromae. Para ser sinceros, hago música, pero no pienso realmente en eso. Termino el capítulo de Racine carrée y, de momento, no me apetece pensar en lo que vendrá después. Estoy contento de poder seguir trabajando con el colectivo, porque sé que no es bueno estar parado demasiado tiempo. Disfruto poniéndome a trabajar en eso con Coralie. Tenemos unas oficinas, y vamos a trabajar todos los días con los demás miembros del colectivo.
Traducción: News Clips.
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