Subjetivamente

De moda. Louise Bourgeois

Fans de Louise Bourgeois, regocijémonos. Hasta septiembre, tenemos exposición en el Guggenheim. Allí podremos explorar las celdas que construyó la artista: espacios individuales en los que crear una habitación propia y separada de lo exterior.

Además, cada julio abre, para vivir una experiencia más allá de lo religioso, la iglesia Louise Bourgeois. Desafectada tras la revolución, su interior es obra de la artista. Aquí está el mapa del tesoro: en el provenzal pueblecito de Bonnieux, pasar el Garage de los Cedros y buscar un símbolo circular para entrar. Emocionante.

A la moda. El ‘poliamor’

Pues sí, y no solo en política. La nueva moda entre los millennials ya ha sido mencionada en este diario en las columnas en las que Sánchez, Rivera e Iglesias son los protagonistas. En la calle, es una realidad.

Aunque ya nadie sabe quién es Jules ni quien es Jim, los amores en paralelo sustituyen a las grandes pasiones. Dos hombres y un destino, o tres hombres y un destino… Y en el amor, ¿cuestión de no perderse nada? Paco León, en su nueva película, Kiki, el amor se hace, se lo explica a quien le interese.

Siempre a la moda. Pesqueros y deshilachados

El denim jamás pasa de moda, por eso la tendencia de esta temporada es el no va más, señores. Poco favorecedor hasta decir fachoso y no apto para seres humanos posadolescentes.

Al mom jean, ese vaquero que sienta fatal —bien atadito a la cintura, ancho de pata y con culete modelo bolsa informe—, córtele los bajos a la altura tobillera, deshiláchelo con saña, deje flecos de un par de centímetros y, antes de terminar su obra, pegue un par de cortes estratégicos en plan D’Artagnan para rasgar la parte frontal de las perneras. ¡Ya lo tiene! Look entre Huckleberry Finn y náufrago de los que magistralmente dibujaba Forges (pero que jamás salieron en Vogue). Si sus retoños aparecen de esta guisa, no se alarmen y acuérdense de la moda parchís. Todos tenemos un pasado.