Yo soy la mejor madre del mundo
Esta bonita idea es la que intenta transmitirnos José María Paricio, pediatra con gran experiencia y un referente en lactancia materna
ACTUALIZACIÓN (21/1/14): El pediatra José María Paricio ha contestado a las preguntas de los lectores de EL PAÍS en una entrevista digital. Léela pinchando aquí.
No, no me he vuelto loca, ni me ha dado un ataque de amor propio súbito. Yo soy la mejor madre del mundo, para mis hijos. Igual que tú lo eres para los tuyos.
Esta bonita y necesaria idea es la que intenta transmitirnos José María Paricio, pediatra con cuatro décadas de experiencia y un referente en lactancia materna, a todas las madres, aunque nos sintamos desbordadas, aunque no lleguemos, aunque no seamos "la buena madre" de manual tanto falangista como moderna. Esa que quiere de forma incondicional y desde el primer momento a sus hijos, que siempre está contenta, que no grita, que sabe lo que hay que hacer en todo momento, que les protege de todo mal...
Para sobrellevar la culpa de no cumplir con el mito ancestral de la buena madre, explica Paricio en su libro Tú eres la mejor madre del mundo (Ediciones B), "hay dos salidas: poder con todo, creando un nuevo mito, el de la supermujer, o admitir nuestra contingencia y límites, pero con naturalidad y orgullo al mismo tiempo. Se hace lo que se puede, de la mejor manera que se puede y teniendo en cuenta las trampas que la cultura ha puesto en nuestro camino. Decir adiós a "la buena madre" es difícil, pero no imposible".
Paricio fue despedido hace casi un año por diferencias con los gestores del Hospital de Denia, donde era jefe del servicio de Pediatría, aprovechando la ola de privatizaciones de la Sanidad valenciana. La decisión provocó una campaña de protesta en redes sociales, con miles de firmas que no pudieron evitar la decisión. Circunstancia que este médico ha aprovechado para escribir este libro, una forma de "transmisión del conocimiento" acumulado durante sus años de ejercicio, su contacto con miles de madres y de bebés, y su propia experiencia.
Tú eres la mejor madre del mundo es un libro curioso. Es una especie de guía, desde el embarazo a los primeros años de vida, que sin querer ser un manual o libro de autoayuda, está estructurado de forma que puedas consultar rápidamente el tema de tu interés en ese momento (qué comprar antes del nacimiento, problemas al dar el pecho, qué pasa si el niño no come o no duerme, enfermedades comunes...) y saber si algo es preocupante o no desde el punto de vista médico. A la vez, es un libro lleno de reflexiones y experiencia, que trata de orientar a la madre entre la multitud de consejos contradictorios que nos bombardean constantemente (crianza con apego frente a "no le cojas todo el día que se acostumbra a los brazos", los beneficios de la lactancia materna frente al "no pasa nada, dale un biberón" al mínimo problema...).
Paricio resulta afable, cercano, divertido a ratos, un abuelito a otros. Mezcla su propia experiencia como residente primerizo y como padre con lo que después ha ido aprendiendo, después de escuchar, algo que no todos hacen, a muchas madres. Sin ser dogmático, sus puntos de vista son más bien cercanos al superventas de la pediatría española, Carlos González, en cuanto a la defensa de la lactancia materna, del parto respetado, del colecho, de no dejar llorar a los niños y de las vacunas.
En el libro, trata de insuflar a la madre de confianza en su capacidad, la anima a ser feliz pese a que no será todo perfecto y a que la mayoría acabamos haciendo lo que podemos para salir adelante. "La buena madre' solo existe en el mito y llevamos tan arraigado el creer en su existencia que es casi imposible sustraerse a él. (...) No hay una madre, no hay una maternidad, las figuras de la madre buena, abnegada, hacendosa, perfecta, no existen más que en el mundo de las ideas, son un mito que conduce inexorablemente a la inseguridad y a la culpa y, posiblemente, fueron difundidas por hombres que así las deseaban. Su ideal de perfección conlleva una tremenda responsabilidad para la madre; si algo falla en el hijo es fácil encontrar la responsable: la madre".
"No hay una madre, hay madres, no hay una maternidad ideal, hay maternidades, múltiples maternidades ejercidas por madres, madres concretas con su cara, su corazón, su bebé, su nombre y apellidos. (...). No hay una maternidad estándar. Según sus vivencias, creencias y apetencias habrá elegido y practicará uno u otro estilo de crianza, que siempre será adecuado mientras respete los mecanismos naturales de vinculación que conocemos. Hay madres que amamantan y madres que no, madres que duermen con sus hijos y madres que los ponen en la cuna, sus razones tienen en cada caso. Pero si ambas los acogen y consuelan cuando lloran, los alimentan con cariño, los respetan y los quieren, están haciendo lo correcto. Esas razones de mujer suelen ser sólidas, ancladas en lo más profundo de su ser y sentimientos; pueden estar basadas en teorías científicas, antropológicas y psicológicas o en el desconocimiento y la ignorancia, pero en cualquier caso son las razones de esa mujer, de esa madre en concreto y tan válidas unas como otras para criar a sus hijos".
Paricio dice haber conocido supermujeres, buenas madres, buenas profesionales, buenas esposas y amantes y buenas amas de casa, que "aparentemente han aguantado y resultado increíbles a los ojos de todos". Aunque advierte: "Desconozco el precio personal, emocional y físico, que han pagado, pero sospecho que debe ser alto".
Frente a esta tentación, "las más de las veces las mujeres optan por hacer lo que pueden y como pueden. Y ahí es donde entra el arte de compaginar los deseos de lo ideal con la realidad de lo posible. Ese arte se afina mucho y tiene menos carga si se hace en equipo con la pareja y otros actores invitados".
Una tarea que debe comenzar desde el primer día: "No eres peor madre, ni persona, por necesitar, buscar y aceptar ayuda eficaz. Tras el parto o cesárea hay limitaciones físicas más o menos importantes, más cansancio del normal y un bebé te ocupa todo el tiempo del mundo".
Aparte de sus reflexiones sobre la maternidad y el papel de la mujer ("cuanto mayor es la dificultad, más increíble es la capacidad de sus madres"), el libro contiene información, práctica basada en la experiencia o científica cuando es necesario, así como consejos y opciones sobre los temas más comunes de consulta cuando se tienen niños pequeños. Aquí extracto algunas frases que me han resultado interesantes:
Lactancia materna
Es muy interesante el apartado dedicado a la lactancia, ya que Paricio es miembro del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, y uno de los mayores expertos en España sobre el tema. La página web www.e-lactancia.org, que creó con su equipo en el Hospital de Denia, ha salvado miles de lactancias de la forma más sencilla: dando una herramienta a las madres para comprobar que el medicamento que les habían recetado, teóricamente incompatible con seguir amamantando, era totalmente inocuo. Y es que, según Paricio, "casi todo lo que se suele prescribir habitualmente es compatible con la lactancia".
"Contrariamente a lo que se piensa, el pecho de la mujer, tu pecho, no es un concentrador de tóxicos, ni la manzana de la madrastra de Blancanieves, sino un maravilloso filtro por el que sale lo mejor de ti misma. Casi todo lo que tomas, alimentos, bebidas, medicamentos, tóxicos, etc, acaba pasando a la leche, pero adecuadamente filtrado: la mayoría de los medicamentos y otros productos pasan en cantidades tan ínfimas o nulas, que para nada dañarán a tu lactante".
Paricio trata de alentar a las madres para amamantar. Explica las ventajas, los posibles problemas y sus soluciones, desmonta mitos... Pero es consciente de las dificultades que muchas mujeres experimentan, a veces de forma insalvable. "Si todo ha fallado, si crees que has llegado al límite, si no estás disfrutando de tu lactancia, si lo negativo pesa más que lo positivo y no ves salida, toma la decisión, yo, personalmente te apoyo; entre una semana de lactancia y ninguna, más vale una; un mes y medio es mejor que uno y uno mejor que ninguno. Hasta donde tú decidas estará bien, hasta donde tu bebé pueda será lo mejor".
Sueño
En este capítulo, Paricio se muestra más tajante: "Resulta preocupante constatar que las expectativas respecto a cómo deber ser el sueño de los niños han sido construidas a partir de ideas difundidas por médicos, pediatras y psicólogos que atendieron únicamente las necesidades impuestas a las personas adultas (...) y no tuvieron en cuenta aspectos biológicos y evolutivos de los patrones del sueño en la infancia ni las propias necesidades de las personas niños. En realidad, su definición de sueño normal en el niño es 'aquel que no molesta a los adultos cuidadores".
El pediatra se muestra totalmente contrario a los métodos para enseñar a dormir a los niños, tipo Estivill: "Estos métodos me parecen una barbaridad, de una crueldad increíble", afirma. Recuerda que el sueño es un proceso evolutivo, que los patrones de sueño de los niños pequeños son diferentes de los adultos, y aconseja, aunque sabe que no es una fórmula atractiva para padres desesperados por la falta de sueño, por "cariño, mimos, sentido común, paciencia y cuidarse".
Vuelta al trabajo
Paricio es crítico con el sistema actual, de rácanas bajas maternales, que nos obliga a muchas a separarnos de nuestros bebés cuando todavía son muy pequeños. "Has alargado el día de tu reincorporación lo máximo que te dajan las cicateras leyes de tu país y tienes ganas de llorar. Llora todo lo que necesites llorar, pero tenlo claro: tú no eres una mala madre, vives en un mal país y los hay peores".
"He conocido y hablado con muchas mujeres que eran excelentes madres a todas luces y creían no serlo o se arrepentían con amargura de cosas que no estaba en sus manos cambiar", afirma, y hace un llamamiento: "No solo hay que rescatar a la banca y los banqueros como nos quieren hacer creer. Debemos rescatar la maternidad y la crianza de tanta angostura y mezquindad", opina.
Educación
El pediatra defiende el respeto al niño, desde su nacimiento, como persona. "Un niño no es un adulto imperfecto al que enderezar hasta que se entere. Un niño es una persona, y por tanto, digna del máximo respeto, desde el primer día". Algo que se expresa, por ejemplo, en consolarlo cuando llora: "Pienso que lo correcto es no dejar llorar solo a un niño; es cierto que a veces no logras calmarlo, pero te quedas con tu hijo y le hablas con voz suave y rítmica; le haces ver que le apoyas".
Cree que "es preferible no poner muchas normas, pero sí esenciales: las que sirven para que no se cause daño a sí mismo y las que tienen que ver con el respeto a las otras personas, animales y cosas. Aparte de estas, poco a poco se inculcan normas de horarios y otras necesarias para convivir en familia y en sociedad".
Enfermedades
Paricio explica la diferencia entre virus y bacterias, las segundas, combatibles mediante antibióticos, a diferencia de las primeras. "De cada diez infecciones que sufren los menores de 3 años, aproximadamente ocho son producidas por virus y solo dos por bacterias; por eso, cada vez que a un niño menor de 3 años se le da un antibiótico para tratar una infección, hay un 80% de probabilidades de haber cometido un error". "Los catarros, faringitis, bronquitis y diarreas los provocan virus y de nada sirven los antibióticos. La otitis y la neumonía suelen estar provocadas por bacterias y precisan de antibióticos para combatirlas".
Vacunas
Aquí no se anda con medias tintas y es tajante en su defensa. "Es lamentable que por motivos religiosos, filosóficos, de estilo de vida o por aprensiones injustificadas, se ponga en peligro la vida y seguridad de nuestros niños, clamando contra las vacunas. Estos motivos son fanáticos pues no se basan en nada cierto; todo lo que se ha argumentado contra las vacunas es palmariamente falso y producto de estudios tendenciosos, mal hechos o ni siquiera hechos, y de interpretaciones que no se sostienen con el razonamiento".
El libro es, obviamente, mucho más extenso, y es una buena lectura tanto para embarazadas como para madres recientes. Espero que os sea útil para convenceros de que también sois las mejores madres del mundo.
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