Por qué necesitamos, ya, un Gobierno
Por Xosé Cuns, autor del blog 'No me pidan calma' @xosecuns
Ramón llevacinco años esperando a que le llegue la ayuda a domicilioque le concedieron en 2011. Diagnosticado de esclerosis múltiple e insuficiencia renal crónica, a sus 53 años es completamente dependiente de su madre de 75 años y su hermana María Luisa, desbordadas por la situación porque el deterioro de Ramón progresa muy rápido. La última vez que preguntó en la Xunta de Galicia por la ayuda concedida, le comunicaron que tenía 200 personas delante en la lista y que "tu hermano es muy joven y tiene pocos puntos".La propia Xunta admiteque el caso de Ramón no es una excepción.
El "calvario por los servicios sociales" del que habla María Luisa es muy semejante al desufrenlas384.000 personas con dependenciaque en España siguen esperando por una prestación y las personas (sobre todo mujeres) que les cuidan. 125.000 personas han muerto sin llegar a percibirla. El obsceno y cobarde encarnizamiento que desde el gobierno central y muchas comunidades autónomas se ha hecho sobre las personas más indefensas se resume en una frase de Ricardo Oliván, ex-Consejero de Sanidad de Aragón: "Convierto los muertos en euros y los euros en dependientes".
Recorrer un infame circuito de la miseria es lo que les espera a miles de hogares sin trabajo. En 2015, hubo 184 desahucios diarios, la mayoría por impago de alquiler.Elcronograma de los futuros desahuciossigue corriendo inexorable para familias como las de María, Xan y su hija de 7 años desde que Xan se quedó en paro y empezó su agonía para pagar un alquiler de 250 euros al mes, cubriendo infinitos formularios absurdos y recorriendo mostrador tras mostrador asegurando que no le queden fuerzas para buscar un nuevo trabajo:Paro 310 euros al mes durante 10 meses.Ayuda Familiar 213 euros durante 18 meses.2 meses sin ingresos con la ayuda de los padres de Xan.Ayuda Prepara 426 euros durante 6 meses. 8meses sin ingresos.3 meses impago alquiler.Ayuda Activa de 426 euros.Sin agua...
Ramón, María Luisa, Xan o María son cuatro de las casi catorce millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social en el 2014, el 29,2% de la población española. 790.801 más en sólo un año. Un auténtico récord. Más de tres millones de personas malvivían en pobreza severa, con unos ingresos inferiores a 332 euros al mes.
Es evidente que nuestro paísestáfracasando en la lucha contra la pobreza, la desigualdad o la corrupción, y que son urgentes soluciones, acuerdos y pactosde estado contra esta emergencia social. En las pasadas elecciones muchas de las organizaciones de la sociedad civil españolase mojaronparatransmitir propuestas sensatasa las diferentes candidaturas, desdePolétikaa laPlataforma del Tercer Sector:Promover una reforma constitucional que convierta los derechos sociales y económicos en derechos fundamentales.Elaborar una Ley Estatal de Rentas Mínimas Garantizadas y otra de Garantía de los Derechos Sociales, que asegure unas prestaciones iguales para toda la ciudadanía, con independencia del territorio en que se resida.Incrementar el presupuesto de Ayuda Oficial al Desarrollo entendiendo que no existe la pobreza de aquí o de allá.O simplemente cumplir la legislación vigente y unPacto de Estado por la Dependencia.
Y mientras la emergencia sigue, asistimos boquiabiertos a un bochornoso espectáculo de machos alfa huyendo de su responsabilidad, con declaraciones grandilocuentes pero inútiles y una creciente sospecha de falta de empatía ante el sufrimiento ajeno. ¿Han comprobado en su despacho lo que es un invierno sin calefacción?
No nos resignemos. Sería un fracaso rotundo y una manifestación de incompetencia que el 26 de junio se gastaran 170 millones de euros para volver a las urnas.Les pido que firmen esta petición:Hagan su trabajo, #GobiernoYa, millones de personas en exclusión no tienen más tiempo
Esabsurda la acusación de que “todos los políticos son iguales”. Se les ha votado y se les paga para llegar cuanto antes a acuerdos a medio y largo plazo sobrelos dos principales problemas de este país: desigualdad y corrupción. La política (vieja o nueva) se demuestra efectiva con valentía, principios y compromisos, no con palabrería.
Queremos un gobierno Ya.
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