Lecciones
Sánchez se paseó acompañado por Besteiro por el mercado de abastos, la zona cero de una campaña electoral
Pedro Sánchez dio el mitin más famoso de su campaña en A Coruña, un lugar en el que los candidatos suelen perder el oremus. Allí, Mariano Rajoy, en 2011, al ver que no estaban causando efecto sus promesas, se puso serio y entró en materia: si aquella gente le votaba, él les devolvería “la felicidad”. También Anxo Quintana, exlíder nacionalista, dijo una vez golpeado por el jet lag del cambio de provincia: “Hoxe si que fomos lonxe, até A Coruña”. Fuera de la política asistí a una escena bellísima en la avenida de la Marina. Un domingo por la mañana, una pareja muy guapa paseaba con su hijo, que iba encima del triciclo más bonito de la comarca, y saludaban sin detenerse y sonriendo mientras decían: “Jodeos, jodeos”.
Con esos antecedentes se presentó Sánchez y dio un mitin que incluyó un in crescendo emotivo cuando se puso a enumerar los logros de la última década con tono de ocasión de gol (“la ley de violencia de género, la de memoria histórica, la lucha contra el terrorismo de ETA o la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo”) hasta acabar gritando “¡ni una lección al PSOE!”. El audio fue aprovechado para acoplarlo a la jugada de Sudáfrica que terminó con el gol de Iniesta.
En primera fila escuchaba el candidato del PSOE a la Xunta, Gómez Besteiro, imputado por cuatro delitos. Pedro Sánchez volvió a A Coruña el jueves. Se paseó acompañado por Besteiro por el mercado de abastos, que es la zona cero de una campaña electoral, y dijo: “Besteiro es no solo un extraordinario político sino también un amigo al que conozco desde hace mucho tiempo y yo confío en su inocencia. Apoyaré siempre lo que diga Besteiro: si quiere presentarse tendrá mi apoyo”. En cuanto terminó de hablar a Besteiro le cayó una imputación con seis delitos más encima, alcanzando de esa forma una cifra de doble dígito. Lo que al Madrid le costó un siglo el candidato gallego del PSOE lo logró en un año.
El anterior líder del PSOE en Galicia, Pachi Vázquez, también fue imputado. Entonces dimitió y dejó paso a Besteiro. El jueves Vázquez dijo que en su partido si estabas imputado y eras amigo de Sánchez no pasaba nada. Con la imputación de cuatro delitos, Sánchez se mostró seguro de la inocencia de Besteiro. Con 10 todavía no se ha pronunciado. Es probable que Besteiro sea inocente: se necesita un juicio para saberlo. Tantos como necesitan los imputados del PP que Sánchez exhibe para no sentarse con su líder. Pero ni una lección al PSOE, como dijo en el feudo de Besteiro.
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