Pensando en Italia
Acostumbro a elegir partido político al día siguiente de las elecciones. Así evito sorpresas y frustraciones. En esta ocasión, la acción de los representantes políticos me mantenía indeciso y cada vez más frustrado. Digo me mantenía porque, tras ver el desarrollo de la segunda sesión de investidura, he despejado todas las dudas y no he dejado de pensar en aquella época en que los italianos tenían varios Gobiernos a lo largo del año mientras los ciudadanos pasaban de ello sin mermar la producción ni el optimismo. He comprobado que nuestros más altos representantes, además de no aportar ideas, se han perdido el respeto y lucen una vulgaridad y malos modales inaceptables. He mirado a la Bolsa, que sube, y sigo pensando en Italia.— José Antonio Otero Cerezo.
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