El adalid del diálogo
El diálogo no se aprende. El PP, tras cuatro años de rodillo parlamentario, pretende ser adalid del diálogo. Es normal que se sientan impotentes, pero de ahí a considerar “sainete” todo principio de acuerdo de otros partidos dista un trecho. Por cierto, harían bien en aprenderse la Constitución, esa que dicen respetar. Nos han repetido como una especie de mantra que son el partido más votado. ¿Dónde quedará aquello del sistema parlamentario? En el cajón de sastre, ese que se saca a relucir cuando más a uno le conviene.— Juan Lozano Garrote.
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