Alejandro Sanz, un artista que da la cara
"Ojalá sirva para algo", dice el cantante que expulsó a un agresor de un concierto. Él también ha dado voz a los niños con cáncer y sida y ha apostado por el Ártico y la libertad de Leopoldo López
Cuando es necesario abandona su guitarra y se lanza al ártico. O se convierte en diseñador de pañuelos para niños con cáncer. Y ni las luces que lo alumbran en pleno concierto evitan que Alejandro Sanz detenga su presentación cuando se trata de alzar la voz contra el machismo. El pasado sábado el cantante español se bajó del escenario de Rosarito, en el estado mexicano de Baja California (noroeste de México), para salir en defensa de una mujer del público que estaba siendo acosada por un hombre.
El concierto apenas acababa de comenzar y sobre el escenario Sanz interpretaba la Música no se toca. Como es normal en cualquier recital del intérprete de Un Zombie a la intemperie, el tumulto y los gritos no se hicieron esperar, sin embargo, algo no era normal. El cantante vio cuando un hombre del público agredía a una de sus fans. Sin dudarlo un segundo dejó su guitarra de lado y bajó del escenario. Las seguidoras gritaban aún más al ver a su ídolo tan de cerca. Pero, esta vez él no iba a saludar a sus fieles seguidores. No se trataba de un acto de simpatía sino de combate. Su enfado lo guio hacia el maltratador que se encontraba casi en primera fila. Se acercó lo más que pudo y lo encaró hasta que los agentes de seguridad actuaron y sacaron al agresor del establecimiento.
“¿Todo bien? ¿Seguro? Bueno, les pido disculpas por el episodio de antes, porque no concibo que nadie toque a nadie, me da igual, y menos a una mujer, porque ahí sí… ahí sí no más. A la mujer no se le pega”, sentenció y el público rompió en aplausos. Y aunque él no quiere ser el protagonista de esta historia, las redes sociales no han dejado de lanzar mensajes con cumplidos hacia el músico. “Yo quiero pensar que cualquiera en mi lugar hubiera hecho lo mismo”, dijo Sanz. “Ojalá lo que ha sucedido sirva para concienciar”, puntualizó el cantante de 47 años, que se dirige a Chile para actuar el próximo 24 de febrero en el Festival de la canción de Viña Del Mar.
El acto del músico además ha servido para demostrar qué es lo que se debe hacer cuando se presencia una escena de violencia de género: denunciar, no callar. La Policía Nacional aprovechó el tirón mediático del suceso y tuiteó: "NO, NO y NO a la #violenciadegénero. Si eres víctima o testigo #Denúncialo. Haz como @AlejandroSanz NO te calles". En España se registran unas 355 denuncias y 64 órdenes de alejamiento al día. En 15 años más de mil mujeres han muerto a causa del machismo.
Hace apenas tres días Sanz hacía retumbar su voz por otra causa: la libertad para el opositor venezolano Leopoldo López. “Hola, mi gente de Venezuela. Primero les quiero mandar todo mi cariño, mi solidaridad con todos ustedes, y yo creo que es el momento de pedir ya la amnistía para Leopoldo López y para todos los presos políticos del país. Un abrazo muy fuerte”, proclamó en un vídeo.
Y no es la primera vez que se suma a una causa por los venezolanos. En 2008 junto a Miguel Bosé y Juanes vestidos completamente de blanco los tres artistas encumbraron sus voces para arrojar un grito en pro de la paz. En aquella ocasión el escenario fue el puente Simón Bolívar, que une Colombia y Venezuela. "Se está haciendo historia en esta frontera. El mensaje es muy claro: no queremos guerra”, clamó Sanz.
Los niños, el cáncer y el sida también lo han movido. “Cuando se es padre de un niño, se es padre de todos los niños del mundo”, dijo mientras inauguraba un jardín de juegos para infantes que padecen de cáncer en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. En 2010 se ha tomó una pastilla “contra el dolor ajeno” para recordar a quienes luchan contra las enfermedades olvidadas, en una campaña promovida por Médicos sin Fronteras. Y quizá la causa a la que más esfuerzo ha dedicado ha sido a la lucha por salvar el Ártico. En 2013 abandonó la comodidad de hogar durante ocho días para realizar una expedición a este territorio junto a Greenpeace. Con este proyecto el artista denunció el deterioro que está sufriendo la zona como consecuencia del cambio climático y la llegada de las compañías petroleras.
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