6 fotosLa madre que identificó hasta 8 tipos de caca en el pañal de su bebéLa ilustradora Esther Gili cuenta en viñetas cómo ha vivido su embarazo y primer año de crianzaBeatriz de Vera15 feb 2016 - 21:03CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceSer madre es un continuo aprendizaje, a veces con dudosa aplicación fuera de la maternidad, pero la autora afirma que unos conocimientos sólidos sobre cacas, “como mínimo, te dan cierto estatus en el parque”. Esto es lo que aprendió sobre las necesidades fisiológicas de su hija, inspiración de esta obra: ¡hay hasta 8 tipos de heces de bebé diferentes! Texturadas, mocosas y hasta de persona mayor. Un padre que no recuerda la última noche que durmió ocho horas puede dar como resultado algo monstruoso. Si tras este recurso gráfico del libro de la madrileña, que sale a la venta mañana, sigue albergando dudas, Gili asegura que pueden detectarse por su olor a descuido :“Son inofensivos, pero por si acaso, ofrécele una almohada. Si la coge con pasión, estás fuera de peligro”. Los bebés no empiezan a dormir del tirón hasta los 2 o 4 meses de edad. Hay trucos que solo se aprenden con la práctica. Durante el proceso de crianza de un niño es inevitable meter la pata una y mil veces. Hasta llegar a este riguroso tutorial de cómo poner una prenda con mangas, la autora cuenta cómo caía en un error recurrente: “Poquito a poco iba tirando de la manga hacia abajo mientras intentaba que la mano saliera por el puño del 'body'. Vamos, una pringada profesional”. El gran dilema: ¿pecho o leche 'de mentira'? Esther Gili reconcilia a todas las opiniones y desarma la controversia: el amor es el mismo salga la leche de donde salga. En el libro aparecen anécdotas relacionadas con ambos tipos de alimentación: “Varias veces, cuando salía de la ducha, imagino que por el calor, mis 'pechotes' iban por libre y lanzaban chorros de leche. La primera vez fue sorprendente, luego, como con todo, te acostumbras”, cuenta. Son muchas las 'maldades' que puede cometer una madre, según la ilustradora. “Todo progenitor que se precie debería grabar a su pichón dándole una rodajita de limón”. Asegura que la maternidad sirve para perder la vergüenza e incluso para cumplir sueños: “Yo que soy muy gansa he aprovechado hasta para meterme en piscinas de bolas”. Y hacerle a su pequeña una cresta muy punk. Si hay algo que desprende este libro es buen rollo y desdramatización sobre la maternidad. Por mucho que la imagen sobre estas líneas muestre una situación tediosa, ella asegura que la experiencia es más diveritda que complicada. Esther Gili ha trabajado en publicidad, cine, cómic e ilustrando libros. Ahora, presenta el suyo propio: concretamente, el miércoles 17 a las 19 horas en la Fnac de Callao (Madrid). No garantiza que sea un evento libre de zombis.