Siguen muriendo
Muchos. Muchísimos. Aunque cada vez nos los enseñen menos. Y mientras todo eso ocurre, tú y yo con el plato en la mesa y dándole vueltas a nuestras tonterías, que nada son. Por eso insisto, porque la barbarie sigue. Y ellos siguen cayendo, sin piedad, olvidados. Los noticiarios ya ni noticia ven en la desgracia. Hay mucho cuento que contar cada día. Y entre una cosa y otra, nosotros a simular un interesado despiste acompañado de algún comprometido comentario que alivie. Así es todo más llevadero. Mirar de vez en cuando, pero sin salpicarnos. ¡Pobres! ¡Qué asco de mundo! escucho decir muchas veces a quien cada día toma el café bien caliente en su cafetería de cada día. ¡Qué asco de mundo!— Manuel I. Nanín.
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