Más allá del vintage, el armario de las abuelas se convierte en el guardián del equilibrio entre extravagancia y clase
Luces y sombras. Abrigo gris jaspeado de Swildens, jersey y falda en canalé de Louis Vuitton, camiseta de lúrex gris de Le Swing, botas de leopardo de Chie Mihara, pendientes de Regina Schrecker para Le Swing y pañuelo de tul de L’Arca.Fotografía: Sergi Pons / Estilismo: Ana MurillasSuperposiciones. Vestido con aplicaciones de piel en las mangas de Balmain, jersey de cuello alto en lúrex de Sandro, camisa de seda turquesa de Prada y pendientes de resina de Regina Schrecker para Le Swing.Fotografía: Sergi Pons / Estilismo: Ana MurillasEstampados eternos. Abrigo marrón de Manuel Bolaño, chaleco de lunares en lúrex y camisa de seda marrón, ambos de Bottega Veneta, jersey de cuello alto de Custo, falda de pata de gallo de Max Mara, collar de Dries Van Noten, pendientes y brazaletes de Regina Schrecker para Le Swing y botas de terciopelo de Aquazzura.Fotografía: Sergi Pons / Estilismo: Ana MurillasTexturas indestructibles. Chaleco de lana bicolor y falda de cuadros, ambos de Chanel, top transparente de Acne Studios, top negro con motivos dorados de H&M, bolso de piel negro de Dsquared2, guantes en blanco y negro y botas rojas de vinilo, ambos de Dior, y pendientes de Regina Schrecker para Le Swing.Fotografía: Sergi Pons / Estilismo: Ana Murillas
