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CLAVES
Columna
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Vuelve la vivienda

Todos los distintos datos del mercado residencial fueron positivos en 2015, por primera vez en un septenio

Xavier Vidal-Folch

Vuelve la vivienda. Esta es una noticia gozosa, porque afianza el crecimiento. Pero, ¿puede preanunciar el retorno a la burbuja inmobiliaria, que tanto nos perdió?

Todos los distintos datos del mercado residencial fueron positivos en 2015, por primera vez en un septenio. Ya la Biblia contaba los ciclos expansivos por siete años de vacas gordas, y los recesivos, por otros siete, de vacas flacas.

En 2015 mejoró la producción: arreció la construcción de inmuebles, de manera que se prepararon más casas —un 29,2% más de visados hasta octubre— que en igual período de 2014. Se generó “vivienda neta”, pues se iniciaron más viviendas de las que se terminaron. Creció el número de hipotecas, un 7,1% hasta final de octubre (INE), aunque no su cuantía. Y aumentó el porcentaje de esos préstamos hipotecarios concedidos por más del 80% de la tasación de la vivienda: alcanzó el 15% del total (Banco de España).

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Este último es un dato feúcho porque se acerca a la media de los años locos: feo, porque ahí yace un criadero de morosidad. Aunque de momento no llega al máximo, el 18%. Y otro dato clave es el aumento de precio de las viviendas vendidas. Mientras en 2014 el precio medio aún se redujo en un 4,5%, en 2015 finalmente ha vuelto al signo positivo: un alza del 1% según Tinsa y de un 2,9% según la Sociedad de Tasación. Por zonas, los mayores aumentos se dieron en Cataluña y Madrid.

¿Podría repetirse la locura de la pasada burbuja? La verdad es que la animación actual parece modesta, y bastante segmentada, no se produce en todas partes.

La ventaja de las malas experiencias, además, suele vacunar contra la tendencia a repetirlas. Aunque, ay, la memoria es flaca. John K. Galbraith calculó que la gente tarda solo diez años en olividarse de las últimas aventuras especulativas que ha vivido, y se apresta entonces a volver a ser carne de cañón de otras (Breve historia de la euforia financiera, Ariel, 1991).

Claro que esta vez los españoles no estamos solos, encerrados con un solo juguete. Bruselas vigila. El (horriblemente) denominado Procedimiento de Desequilibrios Macroeconómicos, inventado en 2011 para evitar la recaída en la Gran Recesión, estipula que cuando los precios inmobiliarios crecen en un 6%, saltan todas las alarmas. Y aún no estamos ahí.

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