Marineros portugueses: queda prohibido tatuarse
Los dibujos grabados en la piel pueden ser georreferenciados por la tecnología enemiga
“Por orden del almirante jefe del Estado Mayor de la Armada de la República de Portugal quedan prohibidos los pendientes, los piercings y tatuajes y cualquier otra forma de arte corporal (sic) que sean visibles en el uso de cualquier uniforme, entendiéndose por tal, también, el uniforme usado en la práctica de Educación Física y los Deportes, englobando el equipamiento de la gimnástica y de la natación”.
La orden del Alto Almirantazgo, en vigor desde mayo según el semanario Expresso, puede hacer más por el movimiento pacifista que cualquier ONG. O le sobran soldados a la patria o quiere rebajar a cero su presupuesto de Defensa, aunque las nuevas normas de urbanidad no explican qué va a ocurrir con los marineros enrolados.
La justificación para acabar con el tatuaje salvo en las partes íntimas no es un capricho de mi general, sino que son por “especifidades de orden operacional”, ya que el tatuaje puede ser georreferenciado por las fuerzas enemigas aprovechándose de las nuevas tecnologías. Si a Bin Laden le traicionó un teléfono móvil, el marinero portugués puede caer por el escudo del Benfica grabado en su pecho.
Es cierto que también la Autoridad Militar esgrime razones de orden clínico “demostradas por estudios recientes, que evidencian la probabilidad futura de contraer enfermedades a través de la sangre por parte de quien tiene vastas áreas del cuerpo cubiertas por tatuajes”.
Todas la Fuerzas Armadas del mundo, y también las empresas —de Disneylandia a Zara—, reglamentan la imagen externa de sus contratados, aunque ninguna había ido tan lejos. Solía quedar prohibido el tatuaje que sobresaliera del uniforme de paseo, pero, como dice el Almirantazgo, “la representación militar no puede estar sujeta a excesos o a conceptos estéticos temporales”.
Las pistolas son cosa seria, y por eso ya en 2009 el Estado Mayor del Ejército portugués prohibió que el soldado macho se maquillara y/o desfilara con las uñas pintadas. En el caso de la hembra, se acepta el maquillaje y uñas pintadas “en tonos discretos”. Vaya tropa.
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