Algo más que un museo

Foto: Guías Viajar.

A lo largo de esta crisis inacabable he tenido siempre la sensación de que la sociedad española ha ido muy por delante de sus líderes. Que las familias y las asociaciones ciudadanas han tomado la iniciativa cuando han percibido que no podían esperar mucho más de las instituciones. Es un desajuste que se ha vuelto a poner de manifiesto durante la crisis de refugiados en Europa, donde la posición de los gobiernos resulta todavía más bochornosa cuando se contrasta con la movilización popular por la acogida a los refugiados (y sin excepción ideológica, como recordaba Metroscopia hace algunos días).

Constato una vez más esta sensación en el viaje que realicé esta semanaa Málaga, invitado por el Museo Picassode la ciudad. A diferencia de otros proyectos culturales de presupuesto ancho y mirada estrecha, este museo ha optado por enraizarse en el territorio y la sociedad en los que está establecido, promoviendo proyectos en los que al arte y la cultura apuntalan la inclusión social. Si quieren saber qué tienen que ver las obras de Picasso con la reinserción de las comunidades penitenciarias, la integración de los discapacitados psíquicos o la promoción de los derechos de los refugiados, sigan con atención la edificante agenda de actividades e iniciativas que promueven desde este museo profesionales como María José Valverde y Lucía Vázquez.

La ocasión era una charla sobre la respuesta de Europa a la emergencia humanitaria de los refugiados, y les aseguro que unas pocas horas rodeado de este grupo te reconcilian con la sociedad. En el V Seminario de Arte e Inclusión Social (financiado por la Obra Social de La Caixa: conviene no olvidar quién se moja) se presentaban experiencias fascinantes de otras instituciones e individuos que se enfangan cada día en este asunto. Vean, por ejemplo, CALTA21: unproyecto desarrollado en Nueva York de la mano la uruguaya Patricia Lannesque parte del derecho al arte y la cultura para promover la enseñanza del inglés entre los inmigrantes. También pude conocer a Alejandro y Nacho, que trabajan desde Málaga Acoge para que los inmigrantes y asilados vean reconocidos en España los derechos que les asisten. Andalucía Acoge ha desarrollado el programa de educación ciudadana denominado Stop Rumores, una iniciativa inspiradora y necesaria que llega a las escuelas y a los barrios para derribar los mitos y prejuicios que tanto dificultan cualquier alternativa razonable. Se me ocurren pocas cosas más urgentes.

Al ser mucho más que una sala de exposiciones, el Museo Picasso ejerce la responsabilidad de la pedagogía pública, un ejercicio poco habitual en nuestro país. La democracia y el interés común se sustentan sobre un debate público informado, y esa es una responsabilidad de todos, no solo de los medios. Cuando dentro de una década nos preguntemos dónde estábamos cuando Europa hizo frente a la mayor crisis de desplazamiento forzoso desde la Segunda Guerra Mundial, algunos podrán contestar con la cabeza muy alta. Quiero pensar que el propio maestroestaría orgulloso de ellos.