Neneh Cherry, la mujer que siempre estuvo allí
Del punk al trip hop, la cantante sueca ha pasado por todos los géneros y estilos. Hoy actúa en Madrid y sigue en forma
Conversar con Neneh Cherry es mucho más que hablar de música. Nacida en 1964 de un músico de Sierra Leona y una artista textil sueca, pasaría su infancia viajando, primero en Nueva York y posteriormente en Londres, de la mano de su padrastro, el mítico trompetista Don Cherry. Nunca se separaría de Don, adoptaría su apellido y muchas de sus virtudes como intérprete.
Con apenas quince años ya estaba colaborando con las Slits, el grupo femenino de punk que marcó las pautas de lo que luego conoceríamos como post punk. Con Ari Up, su interprete, y Adrian Sherwood, el productor de dub y creador del sello On-U Sound, conviviría en una casa okupa. “Encontramos una casa vacía en un barrio inglés y decidimos ocuparla. Posteriormente mucha gente comenzó a instalarse en hospitales y escuelas vacías”, comenta de forma desenfadada, mientras le explico que en Madrid hace poco que hubo elecciones y las personas que ahora se encargan de administrar el dinero parecen algo más concienciadas con el problema de la vivienda.
Se puede comprobar rápidamente que Cherry vivió muy rápido los ochenta. Antes de cumplir los veinte grabaría 3 discos con Rip Rig + Panic, un combo de experimentación de Bristol donde también se encontraba su padre y miembros de Pop Group; en 1984 se casaría, divorciaría y tendría su primera hija; y al final de la década se vería inmersa en el epicentro de lo que más tarde conoceremos como trip hop. En su primer disco en solitario, Raw Like Sushi (1989) participaron Robert del Naja “3D” y Andrew Vowles “DJ Mushroom”. El productor sería Cameron McVey, su futuro marido y eje de aquel sonido, su nombre estará asociado al de Massive Attack, Portishead o Tricky. Junto a él grabara 3 discos y se mudara a Málaga, a un pueblecito de la sierra de Mijas llamado Alhaurín el Grande. “Viví en España durante 4 años, debería de estar haciendo esta entrevista en español”, exclama, a la vez que suelta una carcajada.
Tras el descomunal éxito de su tercer disco, Man (1996), donde se incluían Woman y 7 seconds, dos canciones que aún resuenan en las radios de medio mundo, Cherry decidió parar y darse un respiro. Un tiempo que le sirvió para no estar tan presente en los medios y realizar contadas colaboraciones: Pulp, Gorillaz, Agoria o la mismísima Cher. En los dosmiles le daría tiempo a participar en Cirkus, un curioso grupo junto a su hija, el novio de ésta y su marido; y a tener su propio programa culinario en la BBC, siete episodios en donde va a la compra en Londres, con su amiga Andi Oliver (la otra vocalista de Rip Rig + Panic), y cocina para diferentes amigos.
Cherry se define en su perfil de twitter como una experta en pizza y cada vez que visita Nueva York no pueden faltar las obligatorias visitas a Katz -meca del pastrami- y Veselka -el conocido restauramte ucraniano del east village-, por lo que aprovecho y le pregunto cómo es aquello de hacer la compra en Suecia, país donde nació y donde ha vivido de manera intermitente: “Es raro ir al supermercado en Estocolmo, sobre todo en lo que a fruta se refiere”, aclara. “Pero en los últimos diez años se ha vuelto algo más divertido. Cuando quiero comprar cosas menos tradicionales para cocinar -como plátanos, cilantro o batatas- suelo ir a las afueras”.
Sabíamos que había vuelto al mundo de la canción, de una forma mas entregada, por aquella colaboración que realizó junto a sus compatriotas The Thing. En The Cherry Thing (2012) se apropiaba de grandes clásicos -como Dream Baby Dream de Suicide o Dirt de The Stooges- y los vampirizaba en favor de la improvisación. Luego vendría su disco en solitario, The Blank Project (2014), con música del joven dúo RocketNumberNine y producción de Kieran Hebden. Con ellos aprendió a disfrutar de los errores y a valorar la fuerza del directo, algunos de los temas recogen la primera toma con la que se hicieron y la mayoría no van más allá de la segunda o la tercera.
Parece que de nuevo le ha cogido el gusto a componer, las buenas críticas y la pérdida de prejuicios han hecho que en unos días comience a grabar su siguiente trabajo: “He estado escribiendo canciones. En las próximas semanas quiero ver como se va desarrollando todo, pero creo que grabaré el disco relativamente rápido”.
No puedo dejar de preguntarle por la canción que acaba de sacar su hija Mabel, a la que tuvo en Alhaurín hace 21 años. “Es increíble. Lo veo y digo: Wow. Parece que ha pasado poco tiempo pero las cosas han cambiado mucho”, recuerda. “Es una especie de honor ser su madre. Es una chica con mucho talento”. Cherry sigue siendo una entusiasta de la música y de muchos de los cantantes que, se podría decir, han continuado lo que ella empezó. “Me gusta el nuevo R&B. Me encantan Frank Ocean, Kendrick Lamar y Drake. Hay muchas cosas buenas, interesantes y que suenan a sí mismas. El otro día conocí a Madlib”, comenta entusiasmada. “Es una época excelente, tengo 51 años y mola poder estar rodeada de tantas cosas nuevas y buenas. Es una suerte”.
Neneh Cherry actúa hoy en Madrid (Joy Eslava) dentro del ciclo 981 Heritage SON Estrella Galicia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.