Afganistán 2010. La historia que rodea a estas niñas no puede sino calificarse de dramática. La única profesora del distrito en el norte de Afganistán en el que estudiaban llevaba tiempo siendo amenazada de muerte para que dejara de dar clases. Lamentablemente, al final la amenaza se hizo realidad y la profesora fue asesinada. A consecuencia de ello, las niñas, que sólo podían recibir clases de mujeres, dejaron de recibir educación.Diego Fernández Gabaldón (PMA)Dadaab, Kenia 2012. La prolongación en el tiempo de algunos conflictos hace que los más jóvenes no hayan conocido una realidad distinta a la de la vida en un campo de refugiados y la dependencia de la ayuda humanitaria. Esta niña somalí en el campo de refugiados de Dadaab en el norte de Kenia, sin duda, merece un futuro mejor que eso.Diego Fernández Gabaldón (PMA)Darfur, Sudán 2005. Estas dos niñas habían quedado huérfanas de padre y madre tras un ataque de las milicias janjaweed a su aldea de Darfur. Afortunadamente algo muy arraigado en África es la solidaridad entre vecinos y miembros de la familia, lo que ayuda a paliar de alguna manera estos dramas humanos.Diego Fernández Gabaldón (PMA)Darfur, Sudán 2005. Algo tan sencillo y poco apreciado como poder abrir un grifo y que fluya el agua es un lujo para muchas comunidades. En muchas de las aldeas de Darfur el agua corriente o la electricidad son inexistentes. Esto obliga a sus habitantes a tener que desplazarse, a veces varios kilómetros, a los puntos de agua para poder abastecerse. Una tarea ingrata y en ocasiones peligrosa, ya que las mujeres que son las que suelen realizar este trabajo se arriesgan a sufrir asaltos y violaciones. Es curioso sin embargo como a pesar de la ausencia de estos servicios básicos, la telefonía móvil está cada vez más presente en muchas de estas aldeas remotas.Diego Fernández Gabaldón (PMA)Darfur, Sudán 2006. En una emergencia, no solo hace falta atender las necesidades físicas de los niños, también las psicológicas. Para ello algunas organizaciones humanitarias cuentan con actividades orientadas a paliar, en la medida de lo posible, el trauma ocasionado por la guerra. Este centro de alimentación terapéutica era uno de los muchos instalados en Darfur para atender las necesidades de los desplazados por la guerra. Resulta muy reconfortante ver a los niños recuperar su sonrisa.Diego Fernández Gabaldón (PMA)Afganistán 2011. A veces una imagen vale más que mil palabras y posiblemente no sea este el espacio para elaborar sobre las tradiciones en los distintos países. En cualquier caso es conveniente no caer en los juicios rápidos y menos aún en los prejuicios… Esta imagen fue tomada durante un distribución de cupones a viudas, huérfanos y mutilados de guerra para la compra de alimentos en comercios locales.Diego Fernández Gabaldón (WFP)Timor Occidental, Indonesia 2008. No conviene dejarse engañar por las apariencias. Arenas blancas, aguas cristalinas, benignas temperaturas… No es infrecuente en algunos países en desarrollo que coexistan a poca distancia, pero convenientemente aislados, los resorts turísticos con el drama de la pobreza. La imagen de este niño pescador la tomé durante un viaje de trabajo al terreno en Timor Occidental, Indonesia.Diego Fernández Gabaldón (PMA)Timor Occidental, Indonesia 2008. La práctica del trabajo humanitario choca en ocasiones con las costumbres y la cultura local. No sólo a los niños, como el de la imagen, no les suele hacer mucha gracia que los cuelguen para pesarlos o que los tumben para medirlos. Convencer a algunas de las madres para poner a sus hijos en el medidor, quizá por su similitud con otro tipo de ‘contenedor’, tampoco resultaba fácil.Diego Fernández Gabaldón (PMA)Timor Occidental, Indonesia 2008. La imagen se tomó durante una distribución de galletas enriquecidas con vitaminas y minerales en Timor Occidental, Indonesia. Como suele ocurrir en otras latitudes, a pesar de la insistencia de la madre de este niño en guardar los paquetes hasta que llegaran a su casa, el niño pudo más…Diego Fernández Gabaldón (PMA)Darfur, Sudán 2005. Esta imagen la obtuve durante una de las campañas de vacunación llevadas a cabo por las organizaciones humanitarias entre los desplazados por la guerra en Darfur. Algo que me llamó mucho la atención es la valentía con la que estos pequeños afrontaban los pinchazos; ni una queja, ni un llanto…Diego Fernández Gabaldón (PMA)
