Las instamadres, nuevas estrellas de la Red
No tienen más de 10 años y ya aparecen en listas de los mejor vestidos en revistas de moda. El mercado de la ropa infantil sigue en auge gracias a Instagram
En 2012, Wilson R. Dorigon Jr., dueño de una zapatería en Brasil y especializado en marketing digital y caza tendencias, se dio cuenta de que aunque en aquel momento, los estilismos de calle ocupaban cada vez más espacio en los medios tradicionales, “quedaba mucho por explorar en el mercado de la moda infantil en internet”, cuenta por e-mail. Por eso decidió “sacarle partido al sector” y abrir Fashion Kids, una cuenta de Instagram a la que madres y padres de todo el mundo mandan fotos de sus hijos siguiendo tendencias de temporada.
Instagram entonces solo empezaba a ganar fuerza en Latinoamérica y estaba consolidándose en EE UU, pero Wilson ya se dio cuenta de que “a las madres les encantaba usarla para compartir imágenes de sus hijos llevando ropa sofisticada”. Así, fueron naciendo las miniestrellas de Instagram: niños y niñas de entre meses y ocho o nueve años que acaparan listas de los mejor vestidos de las revistas de moda internacionales.
Pero detrás de esas miniestrellas, como detrás de Kim Kardashian y las Jenner estaba Kris Jenner, están sus madres, o ‘instamoms’ como a veces se llaman ellas en la Red y las ha bautizado el New York Times. Son ellas las que controlan las cuentas de Instagram que llevan los nombres de sus hijos, ellas las que, casi siempre, eligen la ropa que les compran y ponen y ellas las que, si los seguidores suben, gestionan los regalos y ofertas que acaban recibiendo de marcas infantiles.
Para muchas, Fashion Kids fue la puerta de entrada a este mundo virtual. O la razón por la que las fotos de sus hijos empezaron a ganar más ‘likes’. “Nuestra aventura empezó hace ya casi dos años”, explica Mireia Hernández, madre de Unai y Denis, y gestora de @denaykids, con más de 14 mil seguidores. “Yo tenía una cuenta privada en Instagram y descubrí Fashion Kids. Me encantó ver la forma en que vestían los niños de la edad de los míos, y la cantidad de seguidores que tenían algunos, así que creé una cuenta y poco a poco subía fotos”.
Durante el verano, Hernández saca fotos casi a diario a sus hijos, pero sobre todo a Unai, el pequeño, porque el mayor “no está muy por la labor”. “Unai ha tenido un par de publicaciones en la cuenta Fashion Kids, con más de 4.0000 ‘me gustas’, cosa que genera muchísimos seguidores”, explica.
Sandra R., “fotógrafa y ama de casa”, también creó la cuenta a su hijo de cuatro años, Ryan Secret, después de que una de las fotos que subió de él “con un conjunto bonito” en su Instagram personal hace tres años apareciera en Fashion Kids. “Todo el mundo me decía que era muy mono y vestía muy bien y decidí crearla”, explica. La cuenta ahora tiene más de 110.000 seguidores, y aunque esté lejos de los más de 600.000 que tiene el mini-Instagramer más famoso, Alonso Mateo, ya ha entrado, como Unai, en las listas de los niños con más estilo y publican fotos con ropa promocionada.
Aunque la moda es el sector que más suele pagar por posts patrocinados, porque busca caché más que eficiencia en el resultado, en este sector concreto de moda infantil, según el New York Times en EE UU se paga entre 40 y 90 euros por post. Y, de hecho, en la mayoría de los casos solo regalan las prendas, como confirma Mireia. “Nunca nos han pagado. Nos envían ropa, pero nunca dinero”, dice.
Tanto Sandra R., como Mireia Hernández tienen hijos más mayores a los que ya no le gustan tanto las fotos. Y seguirán con sus cuentas solo mientras sea “divertido para ellos”. Los peligros, dicen, no van más allá de que “alguien use las fotos sin su permiso”. “Pero por encima de todo ha sido una experiencia positiva”, dice la madre de Ryan.
“Los niños en sí mismos ya son una razón para estar embelesado, son ellos los que involucran a la gente en la red social”, explica el fundador de Fashion Kids. El momento viral de los mini-Instagramers y las Instamadres ocurrió en EE UU en 2013 y 2014, pero según Wilson R. Dorigon está lejos de acabarse. “Hoy hay más de 650.000 fotos con el hashtag #postmyfashionkid y 2,3 millones de imágenes con el de #fashionkids”, explica. “Los padres sienten una gran satisfacción y va bien para sus egos cuando ven a sus hijos siendo el centro de atención y llevándose cumplidos de gente de todo el mundo. Por eso este mercado va a seguir creciendo”.
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