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“Las contribuciones nacionales no son suficientes”

Christiana Figueres, experta en cambio climático de la ONU, considera que pese a los avances nacionales, la comunidad internacional no está en vías de frenar el calentamiento global

Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.ONU

Tras la última ronda de negociaciones, hay preparado un borrador de marco para la cumbre de la ONU en París. Sin embargo, los esfuerzos combinados no bastan para impedir que las temperaturas aumenten dos grados, han advertido Jochen Flasbarth, del ministerio de Medio Ambiente alemán, y Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la presentación de los informes de las Contribuciones Previstas Determinadas en el Ámbito Nacional (INDC, por sus siglas en inglés).

En apenas unos días (el 30 de noviembre) empieza en París la 21 conferencia sobre cambio climático de la ONU (COP21). El objetivo de la cumbre es limitar el calentamiento global a un máximo de dos grados para 2050. Además, se espera que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero. Hasta ahora, la comunidad internacional no está en vías de alcanzar esta meta, a pesar de los progresos en la buena dirección destacados por Flasbarth y Figueres el viernes 30 de octubre.

Figueres anunció que, hasta el momento, 146 países han cumplido con las contribuciones nacionales previstas, incluido el 75% de los países en desarrollo. La secretaria ejecutiva elogió el hecho de que alrededor de la mitad de los países no solo reducirán sus emisiones de aquí a 2030, sino que también descarbonizarán todavía más sus economías.

Según los últimos cálculos de la ONU, si las metas fijadas se alcanzan en su totalidad para 2040, las emisiones deberían descender un 9% teniendo en cuenta el crecimiento demográfico. Hasta 2025 se emitirían unas cuatro gigatoneladas menos.

La transición a una economía de bajo carbono es una prioridad

Figueres subrayó la importancia de las metas nacionales: “Las INDC pueden limitar el aumento esperado de las temperaturas a 2,7 grados de aquí a 2100”. Sin ellas, se calcula que la subida sería de unos cinco grados. “Pero esto no es suficiente”, afirma.

Según los científicos, dos grados es el límite máximo por debajo del cual los efectos del calentamiento global, tales como inundaciones y sequías, se pueden controlar.

“Todavía no estamos donde tenemos que estar”, advertía Falsbarth. Ni siquiera la previsión de 2,7 grados es segura.

Alcanzar este ambicioso conjunto de objetivos depende de las negociaciones de París. Los Gobiernos tienen que decidir cómo poner en práctica sus metas y cómo hacerlas legalmente vinculantes. También es de extrema importancia trazar un rumbo para futuras mejoras y progresos.

En Bonn, donde se celebró la última ronda de negociaciones antes de la conferencia, se elaboró un borrador que se centra en dos asuntos marcadamente políticos. El primero es por qué medios se puede combatir realmente el cambio climático. El segundo es cómo ayudar a los países, sobre todo a los menos desarrollados, a adaptarse a él. Sin embargo, el borrador no llegó a abordar los temas más importantes, que ocuparán un lugar prioritario en el orden del día de París.

“Las INDC formarán parte del acuerdo sobre el clima”, ha señalado Flasbarth. Todavía está por ver si se integrarán en una ley vinculante a escala internacional. No obstante, el secretario de Estado alemán añadía que “todos los países están dispuestos a hacer su contribución". "Por eso creo en la obligación política”, apuntaba.

El coste decreciente de las energías renovables

Figueres se mostró optimista con respecto al futuro. Desde las últimas negociaciones en Copenhague, algunos factores han mejorado. Por ejemplo, ha bajado el precio de la energía eólica y solar. Además, los mercados de capitales ven un mayor riesgo en los combustibles fósiles, y 2,6 billones de dólares de financiación procedente de los mismos se han desplazado a las energías renovables.

Para Figueres, el mayor desafío está en los países en desarrollo. Añade además que los países industrializados tienen la responsabilidad histórica de contribuir. La analista de Naciones Unidas insta a los países desarrollados a reducir sus propias emisiones antes de ayudar a los países en desarrollo a alcanzar sus objetivos “invirtiendo en el sector público y financiando el mercado de carbono”.

Este texto fue publicado originalmente en inglés y alemán en la web de EurActiv.

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