El flechazo entre Carrie Brownstein y Gaby Hofmann

Gaby Hofmann no tenía ni idea de quién era Carrie Brownstein cuando le dieron la noticia de que iba a estar entre el casting de Transparent. Ni Carrie Brownstein, ni su grupo, Sleater Kinney, ni su serie, Portlandia. Ella conoció y empezó a querer a la persona real que Brownstein es sin necesidad de saber qué había hecho antes o por qué era conocida. Y esa fue precisamente la introducción que hizo en la presentación de las memorias “Hunger Makes Me a Modern Girl” celebrada esta semana en Nueva York. Tras la anécdota, sacó dos hojas amarillas llenas de anotaciones desordenadas y dio comienzo a una interesante entrevista que podría haber durado toda la noche y más. Aquí resumidas las declaraciones más importantes de la noche.

La performance como escapatoria

Desde niña Brownstein usó la performance como forma de escapar a su inestable situación familiar, captar la atención y mediar con cualquier interacción desde la seguridad de un personaje inventado pero definido. Su madre sufrió de anorexia –el título del libro no es casual y el hambre es un tema muy reiterado, tanto en su significado literal como metafóricamente hablando–, y en contraposición a la invisibilidad y desaparición que conlleva la anorexia, Brownstein optó por buscar la visibilidad. Fue a través de la música cuando consiguió encontrar una cierta integridad y coherencia. Sin embargo no es hasta ahora, tras Portlandia y el hiatus de Sleater Kinney, cuando puede disfrutar de los directos sin ser devorada por ellos. Y de paso es mucho más feliz.

Mujeres y ambición

Carrie Brownstein es ambiciosa, tal vez de un manera similar a la de Lena Dunham, y por las mismas razones ha sido criticada. “Hay maneras de ser ambiciosa que no están solo relacionada al materialismo o el neoliberalismo, sino que tiene que ver con tus objetivos y con tus aptitudes y donde quieres situarlas. Es posible también a veces ser contradictorio, las personas lo somos y hay una conversación interesante alrededor de ello. Lo que sí sé es que soy muy sensible a cómo las mujeres que van a por ello son constantemente criticadas de una manera que no sucedería jamás si fueran hombres y soy un poco alérgica a esto”.

Memorias y recuerdos

“Hunger makes a modern girl” no es un libro de memorias escrito como si fuera un diario, a base de simplemente ordenar recuerdos por escrito. Brownstein ha escrito un libro con una narrativa y una estructura muy pensada, y para hacerlo –además de ser una ávida lectora– se ha documentado y trabajado la obra y su estructura casi como si de una canción se tratara. No tiene miedo a las malas jugadas de la memoria selectiva ni a haber fijado a sus 41 años una realidad de su pasado que ahora permanecerá intocable para siempre. Si en unos años considera que su visión es distinta no tendrá reparo en revisar todo lo dicho en un segundo libro, al cual Hofmann se ofreció para escribir el prefacio porque según dijo tiene material más que de sobra.

El spoiler de Transparent

La ronda de preguntas del público –entre los asistentes estaba la mismísima Kathleen Hannah– dio también para momentos esplendorosos. El más destacable fue cuando le preguntaron a Carrie si tenía algún talento especial a lo respondió que sabía hacer malabarismos con dos pelotas de tenis y comerse una manzana a la vez. Pero lo grande fue cuando Gaby añadió que Carrie besaba muy bien, lanzando sin querer uno de los spoilers más esperados de la segunda temporada de Transparent.