Huelga de hambre de un intelectual crítico

El domingo a la una de la tarde, el historiador Maati Monyib subía en soledad las escaleras de la sede de la Asociación de Derechos Humanos de Marruecos, en Rabat. Ahí duerme y ahí pasa la mayor parte del día desde que el pasado 6 de octubre inició una huelga de hambre. Monyib es uno de los intelectuales más activos de su país. Además de ser profesor de Historia en la capital marroquí, dirige la asociación Freedom Now —pendiente aún de ser legalizada— y la Asociación Marroquí de Periodistas de Investigación.

A principios de este mes de octubre Monyib permaneció tres días sin alimentarse porque las autoridades le impidieron asistir a un congreso en Barcelona. Después de esta negativa volvió a iniciar otra huelga de hambre porque le prohibieron viajar a la localidad noruega de Lillehammer para asistir a una conferencia internacional sobre periodismo.

Maati Monyib cree que hay varias razones por las que su trabajo resulta incómodo para el Gobierno. “Soy muy crítico en medios extranjeros con el régimen”, comentaba el domingo. “Pero lo que menos le gusta al Estado es que yo promueva una alianza entre fuerzas islamistas y de izquierdas, algo parecido a la coalición que gobierna en Túnez”.

El Ministerio del Interior informó la semana pasada de que la prohibición de salir de su país se debe a “una orden judicial por irregularidades financieras cuando gestionaba el Centro Ibn Rochd de estudios de comunicación”.

Monyib piensa, sin embargo, que esa es la manera que tiene el Estado de desprestigiarlo. “La huelga no la hago solo para poder viajar al exterior, sino para que el Estado deje de acosarme. Llevan más de un año criticándome en todos los medios de comunicación afines. Y ahora, cuando he salido de la asociación para ir a ver a mi hija, tenía a una persona vigilándome. El Gobierno estaría encantado de que yo me exiliara, pero no lo voy a hacer”.