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El precio de provocar un terremoto sacude a Holanda

Petroleras y vecinos se enfrentan ante la posibilidad de que ocurra un seísmo

Isabel Ferrer

El gas natural es uno de los principales recursos de Holanda, que cuenta además en su territorio con el mayor yacimiento europeo, situado en la provincia de Groningen, al noreste del país. Su extracción, sin embargo, provoca sacudidas de diversa intensidad, que podrían alcanzar los 4,5 grados en la escala de Richter, según los sismólogos. Técnicamente, es lo que se llama un terremoto ligero con daño poco probable. Sin alcanzar esa cifra, sin embargo, la Sociedad Holandesa del Petróleo y el Gas (NAM, en sus siglas holandesas) había recibido ya en 2014 unos 19.000 informes de los vecinos de Groningen sobre las grietas, ladrillos caídos y tejados torcidos resultantes de la obtención de la materia prima.

Ahora que sus casas han perdido valor, y que los jueces han ordenado a la empresa que les compense, NAM ha recurrido. Quiere saber si podrán demandarla más de una vez de repetirse los temblores. Y qué ocurrirá si el precio de esas viviendas volviera a subir con el tiempo.

Las compañías Shell y Exxon Mobil poseen a medias NAM, y producen el 75% del gas natural extraído en el país. Tras meses de desencuentros, el Gobierno acordó el pasado junio limitar la explotación anual a 30.000 millones de metros cúbicos. La decisión solo llegó después de que el ministro de Economía, Henk Kamp, admitiera que había antepuesto la seguridad ciudadana a los ingresos derivados del gas. Una cifra que entre 2003 y 2014 supuso entre el 5% y el 10% del total de ganancias estatales.

NAM no niega que sus actividades provoquen el deterioro denunciado. Entre otras cosas, porque los informes que recibe no son solo de particulares. En la provincia de Groningen, 69 de los 100 inmuebles del patrimonio nacional tienen también desperfectos. Pero a pesar de que el Gobierno ha reservado ya 1.200 millones para las reparaciones, la empresa sostiene que la evaluación inmobiliaria efectuada sobre el terreno supera el perjuicio real.

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