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Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado

Uraycamuy: un sueño hecho realidad

Uraycamuy- imagen por Bruno Brassea

Los artistas de calle intentan reinventar los espacios urbanos a través del arte; son arquitectos, urbanistas y profesionales creativos cuya intención ha sido siempre la de transmitir un mensajes a la sociedad.

Todos ellos acostumbran a ser soñadores incansables que siguen re-imaginándose lugares olvidados transformados en espacios dinámicos y hermosos. Muchas veces, sus fabulosas ideas quedan en sueños y son pocas las veces en que se ven plasmadas en la realidad.

El sueño de un grupo de jóvenes creativos se hizo palpable el pasado abril gracias al XII Taller Social Latinoamericano de Estudiantes de Arquitectura que tuvo lugar en Bolivia. Con un presupuesto de 1100 dolares, los integrantes del Taller se propusieron recuperar un espacio baldío, de aproximadamente 650 metros cuadrados en el municipio de Camargo, en el sur de Bolivia.

Lo que los participantes se encontraron al llegar no fue solo un espacio en desuso sino un espacio desintegrado, descuidado, sin vegetación alguna; en conclusión, un espacio desaprovechado por sus propios habitantes.

Inmediatamente, su intención fue la de reactivar el espacio, incentivando una zona de recreación e identidad local a través de la iniciativa participativa a la que llamaron “Uraycamuy”.

Uraycamuy, en quechua, significa “sube y baja”. El proyecto se desarrolló en el sector “El Tobogán”, en el suroeste de Camargo, específicamente en el Valle de Cinti, una zona con muchas diferencias de altura. Los jóvenes artistas aprovecharon este factor natural para convertirlo en la idea principal del proyecto.

El sueño de los estudiantes consistía en establecer y crear una zona de conexión peatonal, de nuevos flujos, de nuevas dinámicas… Una intervención sobre el espacio construido, con una nueva imagen renovada de la zona, totalmente integrada al contexto urbano.

Gracias al apoyo y participación de los vecinos, el papel del arquitecto fue reforzado, entendiéndolo no como el autor de la obra sino como un intermediario entre habitantes y el espacio construido.

Después de varios debates conjuntos, visitas al sector, entrevistas, análisis de vegetación e identificación de materiales autóctonos se generó una propuesta final colectiva, saliendo como resultado y solución el concepto de “Línea”. De este modo, se hizo una reinterpretación de la línea en el contexto urbano de Camargo y se escogió la caña hueca como material básico para su edificación.

Se empezaron a colocar cobertizos a distintas alturas y distintas direcciones, creando espacios de sombra y juego, unidos mediante alambres así como también utilizando maderas, piedras y otros materiales. Paralelamente a su construcción, distintas actividades tomaban lugar bajo los nuevos cobertizos: cine al aire libre, mercados, espacios de reunión y recreación…

Uraycamuy imagen de Javier Maradiaga

La arquitectura es, sin duda, una herramienta poderosa y transformadora para fortalecer procesos comunitarios en cualquier parte del mundo. La participación no tiene que estar al servicio del arquitecto sino al revés. El rol del arquitecto tiene que empezar a reflejarse en iniciativas y talleres como el del Valle de Cinti, donde futuros arquitectos aprendieron de primera mano qué es la arquitectura, los procesos participativos, la toma de decisiones y la sensibilidad con el entorno, saliendo como resultado un proyecto físico, inteligente y humano.

Los participantes del taller lograron hacer su sueño realidad; recuperaron de forma colectiva un espacio olvidado, e hicieron que los habitantes de un sector se identificaran de nuevo con un espacio que les pertenecía.

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