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Tentaciones
MUNDO FRIKI

Este orgasmo es un cuadro

Un Tumblr une algunas de las obras más famosas de la historia de la pintura con el "cadillac de los vibradores", el Hitachi Magic Wand

Imagen: http://magicwandarthistory.tumblr.com/
Imagen: http://magicwandarthistory.tumblr.com/

Durante años, mujeres (y hombres creativos) de todo el mundo, se han rendido a los encantos del vibrador elegido para reinar sobre el resto de vibradores, el Cadillac de los juguetes sexuales y Capilla Sixtina del placer eléctrico. Hablamos de la Hitachi Magic Wand, esa varita mágica capaz de hacer tus sueños realidad, si tus sueños están plagados de orgasmos.

Ahora, esta mítica varita, parte inherente del imaginario erótico femenino, se ha lanzado a realizar un viaje por la historia. Más concretamente, por la historia del arte. De renacimiento al surrealismo, del expresionismo al neoclásico, al romanticismo, al simbolismo, al modernismo y a donde sea que su presencia sea bienvenida.

El proyecto The Hitachi Magic Wand Throughout Art History se salta la primera ley fundamental de los viajes en el tiempo –no modificar absolutamente nada durante su estancia- para incluir, con pericia y criterio, el famoso vibrador en algunas de las obras más representativas y relevantes de nuestra historia.

En manos de su creador, la Venus de Tiziano nos mira desinhibida con el vibrador en la mano, el dulce verano de John Waterhouse lo es aún más con la ayuda de esta varita, capaz de embelesar a la Dánae de Klimt y hasta de ofrecerse como solución al enigma de la sonrisa de Mona Lisa.

Es la contribución de su artífice al desmantelamiento de los tabúes que aún rodean la búsqueda del autoerotismo femenino. Un pequeño paso más hacia la normalización de una autosatisfacción sexual que, en el caso de las mujeres, aún tiene demasiados obstáculos sociales que derribar.

Mucho ha llovido desde que las chicas de Sexo en Nueva York se propusieran abrir las ventanas de par de par para airear sus experiencias masturbatorias a millones de espectadoras. Y, podríamos hablar largo y tendido sobre las bondades y miserias de esta serie de Darren Star, pero, en el tema que nos ocupa, no les podemos negar victoria alguna. Fueron ellas, en 1998, las que popularizaron mundialmente y dinamitaron las ventas de otro habitante del olimpo de los vibradores, el ya famoso Conejo Rampante.

Casi veinte años después, hemos empezado a desprendernos de nuestra capacidad de asombro, o incluso escándalo, hacia cualquier mención o imagen de nuestros placenteros aliados eléctricos. Las tiendas eróticas, e incluso las reuniones de tuppersex, tienen gran parte del puente a sus espaldas en su paso del ostracismo perverso a la interacción normalizada.

Y ya no nos sorprenden conversaciones, privadas o públicas, en las que mujeres alaben las bondades de sus B.O.B. (Battery Operated Boyfriends o novio a pilas) incluso, como hacía Macy Gray recientemente, dedicándole una canción entera a su fiel y esmerado vibrador sin tapujo ninguno.

“Esta noche, me voy a querer a mí misma”, canta Gray. Y de eso se trata. De abrazar las posibilidades erótico-festivas de nuestros propios cuerpos.

Y, qué mejor manera de fomentar esta sana práctica que presentar como aliadas a algunas de la más importantes obras de arte de la historia. Aquellas que están libres de juicios recriminadores y a las que la sociedad mira con admiración y respeto.

El placer es igual de válido y necesario que el conocimiento, parece decir el creador del proyecto de la varita mágica de Hitachi a lo largo de la historia del arte cuando reemplaza el libro sostenido originalmente por la joven del cuadro de Jean-Honoré Fragonard por el vibrador en cuestión.

El placer es algo por lo que luchar, algo que reclamar, nos dice cuando modifica el famoso retrato de Napoleón de Jacques-Louis David.

Y no hay pocas modificaciones, memes y juegos visuales varios con La creación de Adán de Miguel Ángel, pero La creación de la varita mágica coloca, por una vez, nuestro origen en nuestro propio placer.

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