Todo fluye
Ya me parece complicado poseer una opinión formada sobre algo como para tener que manejar a la vez otra
Me estoy planteando presentarme a presidente de EE UU. Fijo que gano. Una vez elegido abordaré dos retos mayores: dejar de fumar y perder algún kilo. Mis modelos son Kanye West, quien ha amenazado con postularse para las elecciones de 2020, y Adele, que no solo ha dejado de fumar, sino que en el proceso ha perdido 68 kilos. Siempre me ha fascinado pensar adónde van los kilos que se pierden con las dietas. Si la materia no se destruye, sino se transforma, debe existir un lugar donde habitan los receptores de todo el sobrante de las operaciones biquini, y tal vez lo están convirtiendo en cabezas nucleares. O en vinilos de Queen.
Como ven, me distraigo con nada y siempre hallo motivos para abandonar mis objetivos. Jamás me presenté para subir nota. La que me daban me parecía siempre más que razonable. Además, suponiendo que no hay destrucción sino transferencia, si me suben la nota a mí, ¿no deberían bajársela a otro? Menudo cargo de conciencia. Jamás pedí tampoco una segunda opinión. Ya me parece complicado poseer una opinión formada sobre algo como para tener que manejar a la vez otra. Y claro, si yo tengo dos opiniones, seguro que alguien se queda sin ninguna. Menudo calvario vivir en este país sin tener, al menos, una opinión sobre cualquier cosa. Por eso creo que no me voy a presentar a presidente de EE UU: me da apuro arrebatarle su sueño a un rapero oligofrénico. Tampoco voy a perder peso: me la trae al pairo la escalada nuclear, pero la idea de que se sigan prensando discos de Queen me aterra. Lo de fumar, si eso, lo vemos el lunes.
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