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Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado

Shibam: Los rascacielos de adobe

Muy lejos de la gran manzana se encuentra la ciudad de Shibam, en el centro- este de Yemen; una ciudad de más de 1700 años de antigüedad donde la evidencia de su construcción data del siglo 9 dC.

Lo curioso de esta ciudad es que es uno de los ejemplos más tempranos y perfectos de una planificación urbana rigurosa basada en la construcción vertical. En este enclave fue donde empezaron a levantarse los primeros edificios que alcanzaban los 30 metros de altura en pleno siglo XV. Su aspecto actual nos recuerda a una ciudad de rascacielos. Es por eso que Shibam es conocida como “El Chicago del desierto” o “el Manhattan del desierto”.

Ciudad amurallada via Skyscrapercity

Ciudad de Shibam via megaconstrucciones

Shibam fue construida sobre los cimientos de la capital preislámica de Shabwah después de su destrucción en el año 300 dC. Sin embargo, la ciudad fue reconstruida en gran parte después de 1532 cuando una devastadora inundación destrozó toda la región, paralizando los cimientos de las torres antiguas de la ciudad.

Shibam está compuesta por una pared-anillo fortificada, protegiendo a los más de 500 edificios de adobe y poniendo una línea divisoria entre desierto y ciudad, hecho por el cual la ciudad ha sobrevivido casi dos mil años a pesar de su precaria posición adyacente a la llanura de inundación “Uadi”.

Históricamente, esta ciudad fue una parada importante en la ruta comercial de especias e incienso, y surgió como un faro de riqueza en la meseta sur de Arabia. La ciudad comenzó como un enclave para familias rivales que buscaban el prestigio, el poder político, y la protección de los ladrones beduinos. La noción de viviendas apiladas se convirtió rápidamente en el modus operandi de la arquitectura, y así comenzó la construcción de cientos de edificios de ladrillos de barro. La solución de las torres- vivienda o bayt, elimina las vulnerabilidades de los ataques al estar contiguas, mientras que exhiben simultáneamente la riqueza de los residentes. Los materiales utilizados para la construcción de todos sus edificios son el adobe y los troncos de palmera, formando construcciones de entre 4 y 8 plantas.

Cada bayt es una vivienda donde cada familia disfruta de una casa de al menos, 4 plantas. Cada nivel está entendido para tener una función distinta. A pesar de que han pasado más de 5 siglos desde su construcción, sus habitantes procuran conservar la estructura funcional de la vivienda antigua. La planta baja, antes destinada para hacer funciones de cuadra, ahora ha evolucionado para acoger, en su mayoría, funciones de puestos comerciales. En el primer piso se encuentra el salón o diván, entendido en la cultura musulmana como la estancia usada generalmente por los varones. En el segundo nivel encontraríamos la sala de reunión familiar, donde socializan hombres y mujeres. En el tercer nivel encontraríamos el espacio reservado para las mujeres, que en este caso se trata de la cocina. Y por último, la azotea, que sería el lugar donde se reciben las visitas más cercanas y donde antiguamente, se reunían las familias a escuchar música, poesía, etc.

La construcción de Shibam no cesa; es un proceso continuo ya que los edificios requieren un mantenimiento regular con capas frescas de barro. Shibam es históricamente venerada por sus ingeniosos métodos de planificación urbana, sobre todo en la arquitectura que armoniza con una población profundamente dedicada a la cultura musulmana tradicional. Por este motivo, la UNESCO le otorgó en 1982 el privilegio de ser “Ciudad Patrimonio de la Humanidad”.

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