_
_
_
_
_

Putin ya tiene su foto del verano

Ni caballos, ni aviones de combate ni alas delta. Este año el presidente ruso se sumerge en el Mar Negro en un batiscafo

El presidente ruso, a bordo del batiscafo que el martes le llevó a las profundidades del Mar Negro.
El presidente ruso, a bordo del batiscafo que el martes le llevó a las profundidades del Mar Negro.ALEXEI NIKOLSKY (AFP / RIA NOVOSTI)

Al mandatario ruso, Vladímir Putin, le gusta probarlo todo de primera mano, aunque no es la primera vez que desempeña el papel de investigador submarino. Ayer, durante su visita a Crimea, se sumergió en un batiscafo hasta el fondo del mar Negro para conmemorar el 170º aniversario de la Sociedad Geográfica Rusa, que preside. La inmersión con el artilugio subacuático, según Putin, “ha sido interesante”. Pudo observar los restos de varias naves antiguas y multitud de ánforas griegas.

Su primera experiencia fue en el verano de 2009, cuando se sumergió a una profundidad de casi 2.000 metros en el lago Baikal a bordo de otro batiscafo. En agosto de 2011 encontró, buceando en el mar Negro, dos antiguas ánforas griegas del siglo V. En julio de 2013 descendió cerca de 50 metros en el batiscafo Si-explorer-5 en el golfo de Finlandia para inspeccionar los restos de la fragata Oleg, hundida en 1869, cuando colisionó contra otra embarcación de la misma nacionalidad.

Cada verano el Kremlin sorprende a los ciudadanos rusos con fotos de su líder montando a caballo con el torso desnudo, mostrando los músculos de un hombre bravo, pilotando un avión de combate, o guiando una bandada de grullas siberianas a bordo de un ala delta.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Al ver las imágenes del Putin a bordo del batiscafo en pleno mar con la sonrisa satisfecha de un adolescente que por fin logró uno de sus sueños, es difícil olvidar otras imágenes, de hace una semana, del 15º aniversario del hundimiento del submarino militar Kursk en el otro extremo del país, en el mar de Barents.

Cada año la sociedad rusa y en primer lugar las autoridades prestan menos atención a la tragedia, en la que fallecieron los 118 miembros de la dotación del submarino y cuyas causas aún hoy se ignoran. Dos inmersiones en dos mares muy distintos con fines también muy distintos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_