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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Los niños que saben demasiadas cosas

Por Gema Maldonado, deSave the Children España(@SaveChildrenEs).

El mayor de los caprichos de Sergio es saborear el chupa chups con el que le recompensa su madre por ayudarle a hacer la compra. Aunque este capricho solo llega a veces y Sergio lo sabe. Sergio sabe cosas sobre las que otros niños no tienen ni idea. Sabe que si no hay chuchería de recompensa, es porque no hay dinero y no habrá más chupa chups hasta el mes que viene. María tiene 15 años, pero sus mayores preocupaciones no están relacionadas con una asignatura que se le atraganta o con la pandilla del barrio. A ella le da miedo ver cómo desahucian a sus vecinos y le pregunta a su madre qué harán las dos y sus hermanos pequeños cuando a quienes vengan a echar de casa sea a ellos.

María y Sergio saben los esfuerzos que cada día hacen sus madres para que su infancia y adolescencia sean como las de cualquiera de sus amigos del barrio y de la escuela. Ellos son solamente dos de las niñas y niños que viven en hogares en los que la madre es la única responsable de su sustento y su crianza y sufren en primera persona la pobreza y la exclusión social. Y es que un 54% de los niños y niñas de familias monomarentales viven en situación de pobreza frente al 41,5% del conjunto de la población infantil que sufre esta situación en España. Así lo recoge el informe Más solas que nuncaelaborado por Save the Children. Ambos porcentajes son escandalosos, pero desde luego no nos puede pasar inadvertido que si eres niño o niña y vives únicamente con tu madre, tienes muchas más posibilidades de ser pobre.

La pobreza está muy unida a la exclusión social, a la que están expuestos casi la mitad (47,8%) de los niños y niñas que viven en un hogar monomarental, frente al 25% del conjunto de la población española que sufre este riesgo. Vivir situaciones de pobreza y exclusión social en la infancia deja huella en quienes las sufre y resulta más difícil romper con ellas y acabar con la pobreza intergeneracional.

Esta dificultad añadida no emborrona los sueños de Brahim, que vive con sus cuatro hermanos y su madre en un barrio difícil de una de las muchas ciudades del sur de Madrid. Tiene 14 años y quiere estudiar. “Me gustan mucho los coches, automoción me gusta y se puede hacer un módulo de formación profesional. Pero si veo que el Bachillerato lo hago bien, pues también me gustaría hacer INEF o una ingeniería…aunque lo de la Universidad lo veo muy difícil y para que mi madre se gaste el dinero para nada, mejor no hacerla. Me gustaría tener un trabajo, aunque no me guste, pero tener algo”.

Brahim, como María y Sergio, también sabe más cosas que el resto. Sabe que, además de su pasión por los coches y sus entrenamientos en el equipo de balonmano del barrio, su cabeza está ocupada por sus responsabilidades en casa y, especialmente, por su hermana pequeña. Ella sufre una discapacidad de más de un 80% y en casa no hay dinero para llegar a fin de mes, así que mucho menos para contratar a alguien que les ayude. Su madre no puede sola con todo. “Fíjate si la ayudaré que mi hermana sólo dice mamá y mi nombre. Ayudo a mi madre a levantarla, la llevo a la ducha, la ponemos en el carro, en la cama y le doy los medicamentos”, explica orgulloso.

En España hay muchos más niños que saben demasiadas cosas a su corta edad. Como Elena, que a sus diez años nunca le pide a su madre que la lleve al cine o a la piscina, porque sabe que su madre sufre al decirle que no pueden ir. Todos ellos son conscientes de que no pueden renovar las zapatillas que se caen de viejas y gastadas hasta que no llega el cheque-ayuda de Save the Children o que ponerse malos y necesitar un determinado tratamiento, es un problema casi inafrontable. Niños que sienten demasiado frío en invierno y mucho calor en verano –el 37,8% de los hogares monomarentales no puede mantener la casa a temperatura adecuada- y que han visto la preocupación de sus madres ante los avisos de cortes de luz, agua o teléfono (28,5%).

Muchos de ellos ya conocen lo que es sentir la angustia de vivir situaciones vitales duras, fruto de episodios de violencia de género y separaciones dolorosas a las que se une la falta de recursos económicos y de apoyos emocionales.

Sergio, Elena y Brahim forman parte de ese 54% de niños y niñas de familias monomarentales que sufren situaciones de pobreza y exclusión social, una cifra que lo único que ha hecho en los últimos años es crecer, al igual que la tasa general de pobreza infantil. Todo ello en un país desarrollado cuyas medidas económicas en los últimos tiempos reciben alabanzas de quienes dirigen organismos e instituciones financieras internacionales. Pero quizá ellos no saben tantas cosas como los niños y niñas de los que habla ‘Más solas que nunca’.

Desde Save the Children queremos que estas niñas, niños y sus madres puedan salir de la espiral de pobreza en la que se encuentran y, además de proponer medidas que se lo permitan, hemos lanzado una peticióna los gobiernos para pedirles que se comprometan a #InvertirEnInfancia. No podemos dejar solas por más tiempo a estas familias.

Comentarios

Realidad que está mucho más cerca de los que nos pensamos. Solo hace falta abrir un poco más lo ojos, o poner un poco más de atención.Como no se haga algo de verdad, y pronto, este país va a involucionar en muchos aspectos.Fantástico artículo!
"para que mi madre se gaste el dinero para nada, mejor no hacerla. Me gustaría tener un trabajo, aunque no me guste, pero tener algo”.Estas frases viniendo de un niño de 14 dan para reflexionar mucho. Espero que las lean las personas adecuadas.
Realidad que está mucho más cerca de los que nos pensamos. Solo hace falta abrir un poco más lo ojos, o poner un poco más de atención.Como no se haga algo de verdad, y pronto, este país va a involucionar en muchos aspectos.Fantástico artículo!
"para que mi madre se gaste el dinero para nada, mejor no hacerla. Me gustaría tener un trabajo, aunque no me guste, pero tener algo”.Estas frases viniendo de un niño de 14 dan para reflexionar mucho. Espero que las lean las personas adecuadas.
Realidad que está mucho más cerca de los que nos pensamos. Solo hace falta abrir un poco más lo ojos, o poner un poco más de atención.Como no se haga algo de verdad, y pronto, este país va a involucionar en muchos aspectos.Fantástico artículo!
"para que mi madre se gaste el dinero para nada, mejor no hacerla. Me gustaría tener un trabajo, aunque no me guste, pero tener algo”.Estas frases viniendo de un niño de 14 dan para reflexionar mucho. Espero que las lean las personas adecuadas.

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