El amigo invisible

Es tiempo de mudanzas en la política. Que afectan a los contenidos y a las formas. El cambio es tan grande que hasta los partidos más tradicionales compiten por encontrar su hueco en las originalidades.

Así, el PNV de la localidad de Andoain. A los militantes del partido en ese pueblo se les ha ocurrido jugar a una nueva forma de transacción política que seguro tendrá imitadores muy pronto. En corto: el PNV y el PSE habían llegado a un acuerdo para facilitar la gobernabilidad municipal, dando el poder a la lista más votada. Pero en Andoain un voto secreto del PNV ha hecho lo que no debería y ha dado la alcaldía a EH Bildu que, por decirlo también en corto, es la representación política de ETA y su mundo.

Llegados a este punto, se podría proceder a la identificación del peneuvista traidor. Pero el voto era secreto, y ni el traidor ni sus compañeros han querido identificarlo. El resultado es que EH Bildu preside el Consistorio. La cosa no sería demasiado grave si hubiera pasado en otro lugar. Pero Andoain es un lugar donde ETA ha matado todo lo que ha querido, incluido Joseba Pagazaurtundua, del PSE y jefe de la Policía Municipal del pueblo.

En un pueblo así, los próximos a ETA han obtenido los votos suficientes como para tener alcalde nacionalista radical (nazi). Y los nacionalistas presuntamente demócratas (PNV), no sienten repugnancia por ello. Y han encontrado un método muy gracioso para no estropear el pacto general con el PSE: han puesto en marcha “el amigo invisible” de las alcaldías. El voto es secreto y yo puedo votar a los amigos de los asesinos de socialistas y populares. Al fin y al cabo son nacionalistas como nosotros.

Hay que decir que Guillermo Zapata, el afortunadamente nonato concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, no ha sido capaz de inventar nada que superara a los de Andoain. Su juego insensato se ha quedado para él solo.

Sabemos poco del currículum y el programa de Zapata.

Sabemos demasiado del programa cultural de EH Bildu. Sabemos, desde luego, que su sentido del humor no tiene límites.