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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

Eritrea está matando a su propia gente

Muchos eritreos intentan huir de las violaciones de derechos humanos en su país. Foto AP.

Las violaciones de derechos humanos en Eritrea son de “un alcance y una escala que raramente se han visto en otro lugar”, ha dicho un equipo de investigación nombrado por la Naciones Unidas.

El gobierno de Eritrea, según el informe de los investigadores, es responsable de violaciones de derechos humanos sistemáticas, generalizadas y flagrantes que han creado un clima de temor en el que la disidencia se ahoga, una gran parte de la población está sometida a trabajos forzados y encarcelamiento y cientos de miles de refugiados han huido del país. Algunas de estas violaciones pueden constituir crímenes contra la humanidad.

El informe acusa a diferentes grupos y personas como autores de estos crímenes, entre ellos los principales son el ejército, el ministerio del interior, la policía, la oficina de seguridad nacional, el ministerio de información, el ministerio de justicia, el partido en el poder: el Frente Popular para la Democracia y la Justicia (PFDJ), la oficina del presidente y el presidente del país, Isaias Afwerki.

La investigación que ha destapado estos crímenes duró un año y se publicó a principios de junio. El equipo de investigadores estuvo dirigido por un panel de tres miembros: el presidente del mismo, el australiano Mike Smith, el ghanés Victor Dankwa y la Relatora Especial de Naciones Unidas para Eritrea, la mauriciana Sheila B. Keetharuth.

No se permitió entrar en Eritrea al equipo de Naciones Unidas, así que este tuvo que entrevistar a exiliados eritreos residentes en Reino Unido y a unos 550 testigos directos refugiados en Yibuti, Etiopía, Suecia, Alemania y Estados Unidos.

Estos investigadores han puesto de manifiesto la deriva del régimen eritreo hacia un estado totalitario que controla a sus ciudadanos a través de un vasto aparato de seguridad que ha penetrado todos los niveles de la sociedad. Se ha creado una red de espías y chivatos en la que vecinos y familiares son animados a informar de las actividades de los otros. Además, las personas pueden estar prisioneras por años, en condiciones terribles, sin conocimiento del delito cometido.

En cuanto a los trabajos forzados, el informe ha reunido evidencias de que se dan en el contexto del desarrollo y explotación de la mina de Bisha, a 150 kilómetros de Asmara, que a fecha de hoy es la única que opera en Eritrea. La mina empezó la extracción de oro en 2011 y en 2012 optó por el cobre. La compañía Bisha Mining Shareholders Corporation (BMSC), que es la que controla la mina, pertenece, en un 60 %, a la compañía canadiense Nevsun y, en un 40 %, a la corporación estatal Eritrean National Mining Corporation (ENAMCO). BMSC subcontrató a la empresa sudafricana Senet para construir las infraestructuras necesarias para iniciar la extracción. Dice el informe que tanto BMSC como Senet pudieron contratar a algunos trabajadores extranjeros y eritreos para llevar a cabo funciones técnicas y especializadas. Todo el trabajo no especializado fue, por orden del gobierno eritreo, contratado a través de compañías del país. La mayoría de los eritreos, tanto los que realizan trabajos especializados como los que no, están allí de forma forzosa bien porque tienen que cumplir un servicio civil obligatorio o por ser militares destinados a trabajar como obreros en las minas.

La publicación de este informe coincide con los esfuerzos de la comunidad internacional, en particular los gobiernos del sur de Europa, norte de África y Oriente Medio, para hacer frente a un creciente éxodo de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes en todo el Mediterráneo. Muchos de ellos son eritreos. La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) dice que el número de refugiados eritreos que tiene censados alcanzaba un total de 357.400 en julio de 2014 y esta cifra no deja de crecer desde entonces.

Ya, en la misma época, la ONG Save the Children Italia, advertía de que la mayoría de los migrantes que llegaban a las costas italianas provenían de Eritrea y entre ellos muchos eran menores no acompañados, muchos de ellos huyendo del servicio militar obligatorio. Estas cifras se han incrementado enormemente en el último año. Y muchos de los que han intentado acceder a las costas italianas han perecido en el Mediterráneo.

Es por eso que el informe de los relatores de Naciones Unidas insta, encarecidamente, a la protección internacional de los refugiados eritreos que huyen de las violaciones de los derechos humanos, y advierten contra el enviarles de vuelta a su país por el peligro que supone ya que Eritrea castiga a todo el que intente salir del país sin permiso.

“Frente a una situación aparentemente sin esperanza que se sienten impotentes para cambiar, cientos de miles de eritreos huyen de su país”, dice el informe. “En su desesperación, recurren a vías de escape mortales a través de desiertos y de países vecinos devastados por la guerra y a través de mares peligrosos en busca de seguridad. Corren el riesgo de captura, tortura y muerte en manos de traficantes de personas sin escrúpulos. El decir que sus razones para dejar su país son exclusivamente económicas es ignorar la grave situación de los derechos humanos en Eritrea y el sufrimiento real de su pueblo. Los eritreos huyen de violaciones graves de los derechos humanos que se dan en su país y necesitan protección internacional”.

A pesar de ello, hace solo un par de días, el diario británico The Guardian contaba que funcionarios de Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos están cada día más preocupados por los rumores de un acuerdo secreto entre la Unión Europea y el gobierno eritreo por el cual la primera daría dinero o levantaría las sanciones impuestas al país africano a cambio de que este controle más contundentemente sus fronteras. Es decir, que la Unión Europea pagaría para que el gobierno eritreo siga torturando y masacrando a su población a cambio de que esta no salga del país y llegue a las costas de Europa.

El dibujo que se muestra a continuación está realizado por uno de los testigos entrevistados y describe una forma de tortura conocida como el helicóptero. Para ver más muestras de estos diseños pinchar AQUÍ (se encuentran al final de la página). Estas evidencias han sido publicadas por la comisión de investigación para ilustrar su informe.

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