Habitando Búbal
He vivido en Búbal. Exactamente cinco días, del 4 al 8 de mayo. Cinco días habitando uno de los 175 pueblos abandonados de la provincia de Huesca. Búbal se despobló en 1970 debido a la construcción del embalse que hoy lleva su nombre. Pero es repoblado, cada semana, con nuevos habitantes: estudiantes y profesores de todos los rincones de España. Habitar Búbal es irreversible. Puedes intuirlo cuando, al llegar por vez primera, la hermosura de sus casas, calles y prados te transforma en un personaje de cuento pirenaico. Los verdaderos “habitantes” de Búbal, educadores y personal de servicios, han dedicado gran parte de sus últimos 30 años a este recóndito lugar del mundo que había sido desahuciado y lo han reflotado con la varita mágica del tesón y el amor dentro del Programa de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados. Por todo su esfuerzo, nadie visita Búbal. Vive Búbal. No hay mejor forma de aprender.— Estela Puyuelo.
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