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3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Yo he votado por la educación

Por Patricia Garcés,Coordinadora de la Campaña Mundial de la Educación en Ayuda en Acción.

Foto: ActionAid.

En 1999, varias personas de distintos lugares del mundo —entre ellos Kailash Satyarthi, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2014— se juntaron en torno a una mesa y una pizarra en la que escribieron 4 palabras:Global Campaign for Education. Así nació la Campaña Mundial por la Educación(CME), un movimiento que reúne a organizaciones y activistas de todo el mundo en la defensa del derecho a la educación, y que entonces nació con el objetivo de que la educación estuviera en las declaraciones que se estaban gestando —losObjetivos de Educación de Dakary los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que se aprobaron en 2000— y que guiarían la agenda del desarrollo hasta 2015.

16 años más tarde, ha llegado la fecha que se fijó para lograrlos. El último informe de Unesco La Educación para Todos 2000 – 2015: logros y desafíos, señala algunos avances. Por ejemplo, que la educación preescolar en todo el mundo ha aumentado en casi dos tercios desde el año 1999; la paridad de género en la matriculación en la escuela primaria ha mejorado en el 69% de países; y en África Subsahariana el número de alumnos matriculados en secundaria se multiplicó por dos.

Sin embargo, los gobiernos no han priorizado suficientemente la inversión, ya que en estos años no ha habido grandes incrementos en el gasto en educación. Tampoco lo han hecho, salvo algunas excepciones, los países donantes, que en Dakar se comprometieron a que ningún país con un plan de educación no pudiera llevarlo a cabo por falta de financiación.

No sorprende, por tanto, que no se hayan logrado ninguno de los objetivos que la comunidad internacional acordó. Objetivos no logrados que se traducen en cifras, y cifras tras las que se esconden la vida de millones de personas en todo el mundo: los 58 millones de niños y niñas que no van a la escuela primaria (muchos de los que lo hacen reciben una educación de mala calidad que les impide terminar con los conocimientos básicos), los 781 millones de personas adultas y 126 millones de jóvenes que continúan sin poder escribir ni leer una simple frase (dos tercios de ellos son mujeres); o los 4 millones de maestros cualificados, motivados y remunerados adecuadamente que son necesarios para lograr la escolarización de todos los niños en edad de cursar primaria, pero que no están.

La comunidad internacional, los gobiernos y los donantes deberían aprender de la experiencia de estos últimos años de cara a la “segunda convocatoria” que ahora empieza Este año se definirá en el Foro Mundial de Educación de Incheón (Corea) un nuevo marco de acción de Educación para Todos; y la Asamblea de Naciones Unidas aprobará los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 2030 en la fecha para del examen.

En esa agenda, la educación debe contemplarse como no solo como un objetivo y un derecho en sí mismo; sino como la llave que permita el ejercicio de los demás derechos y el elemento que integra los demás objetivos. Una persona que ha tenido acceso a la educación está más preparada para alimentarse correctamente, cuidar de su salud y la de su familia, tener ingresos económicos y, en definitiva, participar en las decisiones que afectan a su vida.

También debe entenderse como un nuevo prisma desde el que mirar los grandes retos, algunos nada novedosos, que la humanidad tiene que afrontar para que el mundo sea realmente de todos y no solo de unos pocos: el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, el acceso al agua, el logro de la igualdad entre hombres y mujeres, la prevención de desastres o la erradicación de la mortalidad infantil.

La educación que logre eso no puede ser cualquiera.No puede ser una educación entendida como servicioen manos de empresas privadas que buscan el lucro a cambio de ofrecerlo, ya que esas prácticas continúan generando exclusión entre las personas más pobres, que no pueden pagarlo (la probabilidad de no ir a la escuela es cuatro veces mayor entre los niños y niñas más pobres del mundo que entre los más ricos, y cinco veces mayor la de no terminar la enseñanza primaria). No puede ser una educación que mide el éxito en términos de resultados de pruebas estandarizadas, pero que no se preocupa por los resultados de aprendizaje y su utilidad para la vida en el contexto en el que se da.No puede ser una educación que solo alfabeticey se olvide de formarpersonas creativas, solidarias y comprometidascon la paz.

La Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME), promovida por la CME, que se celebró en más de 120 países de todo el mundo, y en España del 20 al 26 de abril, nos ha dado la oportunidad de movilizarnos para exigir que las agendas reflejen esta educación que queremos.

En nuestro país, hemos querido trasladar a los representantes del gobierno español nuestra posición, que hemos trabajado con muchos alumnos de centros educativos, escuelas de apersonas adultas y grupos de educación no formal. Interesante también ha sido la movilización on line, en la que muchas personas han querido compartir su foto en www.cme.espana.org/yovotoporlaeducacion o en las redes sociales con el hashtag #yovotoporlaeducacion. Y, por supuesto, destacar la participación en las actividades de calle en más de 25 ciudades españolas de personas convencidas de que la educación es la mejor herramienta para el cambio.

Yo ya he votado por la educación, ¿Y tú?

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