_
_
_
_
PORQUE LO DIGO YO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¡Adiós Don!

Siempre me gustaron las películas contadas. Una mezcla de curiosidad e impaciencia me llevaban a interrumpir una y otra vez

Elvira Lindo
Jon Hamm, caracterizado como Don Draper, uno de los protagonistas de la serie 'Mad Men'.
Jon Hamm, caracterizado como Don Draper, uno de los protagonistas de la serie 'Mad Men'.Cordon Press

Abrí los ojos y tras unos segundos de desconcierto, dije, ah. Mi casa. Madrid. Las cinco de la madrugada. Hice la cuenta de rigor: en Nueva York, las once de la noche. El momento justo y absolutamente histórico en que acababa de terminar el último capítulo de Mad Men. Para que luego digan que no hay algo. Lo hay. Y vi claro que si no me enteraba de cómo había terminado la cosa no podría volver a conciliar el sueño esa noche, de tal forma, que marqué el teléfono e imaginé cómo sonaría en el apartamento. Su voz, antes que un cómo has hecho el viaje, dijo: “Lo sabía”. Y como lo sabía, se había puesto un whisky para sentarse sin prisas. Sabía también que le iba a interrumpir mil veces, sabía que preguntaría por el lugar en que sucedía cada escena, en el diálogo, ¿se miraban?, ¿se besaron?

Poco importaba que al día siguiente viera el capítulo, me encantaba rumiar ese final contado. Siempre me gustaron las películas contadas. Cuando era pequeña, mi hermana me contaba por la noche aquellas que yo aún no podía ver. Una mezcla de curiosidad e impaciencia me llevaban a interrumpir su cuento una y otra vez con preguntas que alargaban tanto la narración que, ante su indignación, a menudo me dormía sin dejarla llegar al final. Años más tarde, cuando leí El beso de la mujer araña, de Manuel Puig, novela en la que un preso cuenta a otro las películas que recuerda, me di cuenta de lo esencial que ha sido para algunos el cine narrado. Era un prolongación lógica de la tradición oral. Y no existía ese histerismo con respecto a desvelar o no los finales. El caso es que al colgar el teléfono fui entrando en el sueño, tranquila ya al saber que Don…

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elvira Lindo
Es escritora y guionista. Trabajó en RNE toda la década de los 80. Ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Los Trapos Sucios' y el Biblioteca Breve por 'Una palabra tuya'. Otras novelas suyas son: 'Lo que me queda por vivir' y 'A corazón abierto'. Su último libro es 'En la boca del lobo'. Colabora en EL PAÍS y la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_