Enric González, el mago que reveló su truco
PorEkaitz Cancela, de la Fundación porCausa. El taller de Enric González es el primero de la serie de las sesiones de formación que está organización ofrecerá en las próximas semanas.
Foto: porCausa.
La fina pluma de Enric González (Barcelona, 1959) ha recorrido buena parte del planeta. El genocidio de Ruanda, la guerra del Golfo y otros tantos hechos históricos son algunos ejemplos sobre los que ha dejado su firma. Antes para El País, y ahora como columnista en el diario El Mundo entre otros, sus artículos siguen calando hondo entre los lectores. Durante el pasado miércoles visitó la sede de porCausa para inaugurar los primeros talleres de formación de la fundación bajo el título, ¿Cómo se cuenta una historia?. “Si yo lo supiera…”, empezó.
Enric González no es un periodista como Ana Pastor, que como él mismo reconoce sabe exprimir hasta la última gota de los silencios de sus entrevistados, o como Jordi Évole, que hace de esos silencios grandes escándalos . Este periodista curtido en mil batallas es distinto. Él tiene la clave para que el lector llegue a leer la última línea de sus textos. Algo de lo que pueden dar fe desde Jot Down, esa revista que ha conseguido que los textos largos interesen, dijo. “Hasta ellos se espantaron al ver que la gente sí leía las historias hasta el final”.
El don de escribir se tiene o no se tiene, y Enric González lo tiene. “Pero hoy se escribe para el lector y eso significa esforzarse mucho”, dice alguien que no entiende de dádivas. Además, “escribir requiere de un esfuerzo de concentración especial”, continuó el que no es capaz de estar delante de su máquina de escribir más de 30 minutos sin tener que recurrir a la cafeína. “Cualquiera puede contar bien una historia. Solo es cuestión de construirla bien”. Y como los hechosse pueden contar de distintas formas, empezó con resumen de los géneros periodísticos.
“El reportaje sin presencia es un fraude”, expresó tajante sobre lo que cree que es “un paseo atento por algún sitio”. “Hay que estar, escuchar, preguntar… y por supuesto, no evaluar los materiales hasta tenerlos completos”. Y mientras los asistentes anotaban notas sin parar, saltó sin siquiera meter un ladillo hacia otro género, la crónica. “Ahí vale todo”, dijo emocionado sobre su espacio favorito. “Implica entretener al lector y contarle todo lo que ocurra”, apuntó entre otras muchas clave.
La objetividad no existe, y Gónzalez quiso dejarlo claro desde el principio. “En el periodismo hay que posicionarse siempre. Desde el principio hay un mensaje que transmitir y hasta el final están presentes los prejuicios”, añadió, no sin mencionar la importancia de la honestidad.
Enric González no enseñó, sino que transmitió sus conocimientos. Impregnó a los que asistieron al taller y después les puso a prueba. Analizó los textos que escribieron, los contrapuso, estableció unas líneas maestras que se deben seguir siempre y finalmente contó su secreto: “Para mí, una buena historia gira siempre en torno a una palabra.” El periodista propone pensar siempre en algo subyacente al texto, sentar unos cimientos y no olvidarlos en todo el periodo de redacción. “¿Y alguna vez tiene que aparecer la palabra en el texto?”. No, respondió. Como el mago que acaba de revelar su mejor truco.
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