Michael Enright se va a luchar contra el EI
El intérprete de 'Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto', en un campo de entrenamiento de las milicias kurdas en Siria
¿Son las habilidades de un pirata de Hollywood útiles para combatir a los terroristas del Estado Islámico (EI)? Así debe creerlo el actor británico Michael Enright. A sus 51 años y sin experiencia militar previa, este intérprete de Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto ha cambiado el set de rodaje por un campo de entrenamiento de las milicias kurdas en Siria.
“El EI es una abominación”, ha declarado por teléfono a The Daily Mail. “Ha llegado a un punto en el que quiero aniquilarlos sin contemplaciones, matarlos en cuanto los vea”, añade antes de relatar la peripecia de su viaje a través de la ciudad iraquí de Suleimaniya, a donde llegó vía Estambul. Suena demasiado serio, o demasiado loco, para ser un mero golpe publicitario.
Enright dice en la entrevista que tomó la decisión de unirse a la lucha contra el EI el pasado enero después de ver el vídeo con el asesinato del piloto jordano Moaz al Kasasbeh, a quien los esbirros de ese grupo quemaron vivo tras encerrarlo en una jaula. El actor, que aún guarda esa grabación en su móvil, asegura que no comentó sus planes ni a familiares ni a amigos para evitar que le disuadieran de su propósito.
“De lo que más me he arrepentido en mi vida es de no haber ido a Afganistán tras el 11-S y los vídeos de las decapitaciones del EI me han recordado que tengo una deuda con Estados Unidos”, asegura el actor nacido en Manchester, pero que desde los 19 años se instaló en Hollywood.
Ahora, tras dos meses con la guerrilla kurda del YPG (Unidades de Defensa Popular) que controla la zona montañosa del noreste de Siria, ha decidido salir a la luz y contar su experiencia. Para empezar, ha cambiado su perfil de Facebook, donde ahora se describe como “un ex actor y atleta [que] al ver los agravios del grupo terrorista EI, se ha trasladado a Oriente Próximo para unirse personalmente a la batalla”.
Allí ha colgado una copia de la carta que envió a su familia el 5 de abril explicando su decisión. También relata cómo le impacto la decapitación de varios rehenes. En las imágenes que ha colgado aparece vestido con traje de faena, con un Kalashnikov y varios de sus compañeros, conocidos como Los Leones de Rojava, por el nombre en kurdo del Kurdistán occidental.
Pero el entrenamiento con el YPG, una guerrilla asociada con el PKK kurdo al que EE UU y la UE consideran una organización terrorista, tiene poco que ver con los Agentes de SHIELD, la última teleserie en la que ha participado. Los riesgos tampoco son los mismos. Por un lado, si vuelve a casa, se arriesga a ser juzgado por pertenencia a banda armada. Por otro está el peligro de caer en manos del EI, que ofrece hasta 100.000 euros por capturar a un occidental, con más motivo si se trata de uno de renombre.
“Si estoy a punto de ser capturado, ya sabe, guardamos una bala para nosotros mismos”, afirma como si fuera el guion de una película
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