Copas de luna y otras alternativas ecológicas
Por Lucía Zuloaga
Las mujeres tenemos la capacidad de dar a luz, de crear vida. Para ello necesitamos ovular y, por lo tanto, menstruar. Es decir, que las mujeres durante nuestra edad fértil, que es casi la mitad de nuestra vida, sangramos de forma regular.
Para evitar manchar utilizamos compresas y/o tampones, se calcula que unas cinco compresas al día, o tampones o salva slips, a veces incluso combinamos tampones y salva slips. Para simplificar diremos que se usan compresas.
En un ciclo se sangra durante unos 4 días, 4 días x 5 compresas/día esto nos da unas 20 compresas por ciclo. Para calcular la cantidad anual multiplicaremos por 13 ya que un año tiene 13 ciclos lunares de 28 días (sí, el ciclo de las mujeres está relacionado con los ciclos lunares). Esos son los días que pasan desde que comenzamos a sangrar hasta el día antes del nuevo sangrado. Total, que 20 compresas/ciclo x 13 ciclos/año nos da un resultado de 260 compresas al año, si lo multiplicamos por unos 40 años que solemos menstruar las mujeres nos da nada menos que 10.400 unidades a lo largo de nuestra vida.
Si esto lo multiplicamos por las mujeres que hay en el mundo, en nuestro país o simplemente en nuestra ciudad… la cantidad es más que relevante. Pero tenemos buenas noticias: ¡hay alternativas!
Aunque algunas mujeres de más edad han utilizado en otra época toallitas de tela, la mayoría de las mujeres hemos sido víctimas de una publicidad muy agresiva dónde tenemos un sinfín de posibilidades: compresas normales, con alas, sin alas, súper, súper plus, maxi, noche, finas, extra finas, tampones mini, normal, súper, sin aplicador, con aplicador de cartón, con aplicador de plástico… y algunos más que ya no recuerdo porque hace muchos años que dejé de usarlos.
Sí, hay opciones, yo llevo años utilizando la copa menstrual o copa de luna, un producto reutilizable que se nos ofrece como alternativa a los tampones. La copa se introduce en la vagina y recoge la sangre durante horas (el número de horas depende de cada persona y cada momento del ciclo, al igual que los tampones), cuando lo necesites se extrae fácilmente para vaciarla, limpiarla y volver a usarla en tan sólo unos segundos. Fácil y cómodo. Y también económico porque dependiendo de la calidad puede llegar a durar hasta 10 años, es decir que una sola copa de luna nos ahorraría unos… ¡¡¡2.600 tampones!!!
Para aquellas a las que no les convenza esta idea también está la opción de la toallas reutilizables, compresas hechas de tela pensadas para ser lavadas para volver a utilizarse.
Hay quién dirá… ¡pero qué asco! ¿O no? Pues no, es algo que tenemos aprendido después de ver miles de anuncio que manchan compresas con un limpio liquidito azul, pero a mí no me importa en absoluto manchar mis manos con mi propia sangre. Además creo que es una forma de conocernos aún más, de conocer nuestro ciclo, en lugar de hacer como si no existiera.
Y no, no vendo copas de luna, no voy a promocionar ninguna marca, solo quiero que esto llegue a cuántas más mujeres mejor.
¿Por qué?
Por el medio ambiente. El simple hecho de utilizar productos desechables en lugar de reutilizables hace que generemos basura innecesaria y que a la tierra le cuesta mucho tiempo y esfuerzo reabsorber. Las compresas y salvaslips están fabricadas con polietileno, plástico, que tarda más de 100 años en degradarse… teniendo en cuenta los cálculos que hemos hecho antes… da que pensar. Además para la fabricación se usan blanqueantes como el cloro.
Al igual que también contienen plástico los envoltorios y aplicadores, estos tardan aún más en desaparecer, como se suele decir: cuesta más el collar que el perro.
No solo eso, todo esto afecta a nuestra propia salud, ya que estos productos están en contacto directo con nuestra vagina, una de las zonas más sensibles de nuestro cuerpo. No sólo polipropileno o cloro, los tampones contienen productos tóxicos como amianto (sí, sí, lo mismo que el cemento), rayón o dioxina. Podéis conocer algo más en “veneno para el cuerpo y para la tierra”. Para pensárselo
Foto de portada de Juliaro
Foto central de Mariko
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