Antes de Internet, cualquiera podía ganar las elecciones
Un error histórico del 'Chicago Tribune' nos recuerda que en la era pre digital se podían comenter patinazos irremediables
Ni confirmación oficial ni encuestas a pie de urnas. Una llamada a primera hora de la tarde a su corresponsal en Washington bastó para convencer a los redactores del Chicago Tribune de que el ganador de las elecciones presidenciales norteamericanas de 1948 iba a ser el republicano John Dewey. Tan seguros estaban que titularon a toda página con un claro y conciso: “Dewey derrota a Truman”.
Aquella portada la cargaba el diablo y estaba condenada a convertirse en leyenda. Porque el que en realidad ganó fue el demócrata Harry Truman, y por amplio margen, casi tres millones de votos y 114 compromisarios. El mismo Truman que dos días después posaba triunfal con la portada del bochorno entre manos, vengándose así del diario que llevaba meses llamándole “títere”, “lacayo de las grandes empresas” y “hombre de paja”. Eran otros tiempos, aún no se habían popularizado epítetos tan creativos como “bobo solemne” o “patriota de hojalata”.
Las brujas amenazan a los niños”, tituló 'The Daily Telegraph' al pie de una foto en la que aparecían tres mujeres de la familia real británica
Años después, en una demostración de que la historia siempre se repite dos veces, una como tragedia y otra como farsa, el diario holandés Sp!ts evitó lo que en el argot periodístico se conoce como “hacer un Dewey” con una solución creativa. Querían irse pronto a dormir y aún no sabían quién iba a ganar las presidenciales norteamericanas de 2012, Obama o Romney. Así que publicaron dos portadas, una a continuación de la otra, la primera atribuyendo la victoria a Obama y la otra a Romney. Al pie de cada una de ellas, una sencilla frase que es la apoteosis del humor y del pasotismo entendido como una de las bellas artes: “Si gana el otro tipo, arranca esta página”.
Harto de las informaciones sobre su fallecimiento, Mark Twain dijo, con ironía: "Las informaciones sobre mi muerte han resultado ser un tanto exageradas”
Pero la prensa diaria, que se nutre, como bien sabía José Luis Borges, de (mala) literatura hecha con prisas, no solo incurre en ridículos inverosímiles cuando intenta adivinar el futuro. También le pasa cuando da por muertos a personajes que siguen vivos, como ha ocurrido con Ricky Martin, Fidel Castro, Axl Rose y tantos otros, en un error que tiene su primer precedente conocido en Mark Twain (“las informaciones sobre mi muerte han resultado ser un tanto exageradas”, respondió el escritor con elegancia sartorial).
O cuando coinciden fotos a toda página con titulares desafortunados que corresponden a otra noticia: “Las brujas amenazan a los niños”, tituló The Daily Telegraph al pie de una foto en la que aparecían tres mujeres de la familia real británica. “Condenado a 90 días de cárcel por pornografía infantil”, dejó escrito The Sudbury Star al lado de la foto de un cómico con nariz de payaso. O cuando incurren en cumbres del humor involuntario, como “Muere cosido a puñaladas por una gorra”, “sentenciado a cinco años de cáncer”, “fallece por segundo día consecutivo una mujer de 103 años” o ese recital de dadaísmo que es: “La Ser denuncia que el nieto de la hermana de la madre del suegro de Zaplana tiene un restaurante”.
Pero la cumbre reciente (a lo de Dewey hay que darle de comer aparte) en lo que a calamidades periodísticas se refiere es la del diario australiano Financial Interview, que apareció un buen día de abril de 2014 con los siguientes titulares de portadas: “Titular sobre Japón aquí”, “Titular sobre hockey aquí” y la inconmensurable frase “Construye armas / Compra aviones / Mundo jodido”. ¿Acaso se puede decir más con menos palabras?
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