Niñas embarazadas privadas del derecho a la educación
Si todo sigue como está previsto hasta ahora, las niñas y los niños de Sierra Leona volvían, por fin, a las aulas ayer, 14 de abril, casi nueve meses después de que las escuelas cerraran debido a la epidemia de ébola que todavía asola al país. Es verdad que muchos pupitres estarán vacios por causa de aquellos que la epidemia se ha llevado, pero también, como denuncia Amnistía Internacional, faltarán muchas alumnas por estar expulsadas ya que a las chicas visiblemente embarazadas no se les permitirá hacer los exámenes necesarios para graduarse tanto de la escuela primaria como en la secundaria, según ha anunciado el ministro de educación, ciencia y tecnología, Minkailu Bah.
La presencia de chicas embarazadas en las clases, “supondría una influencia negativa sobre otras chicas inocentes”, declaró el ministro en una reunión con directores de escuelas de todo el país. Esta es la primera vez que un ministro osa respaldar en público esta política discriminatoria que no es nueva en Sierra Leona.
Chicas en clase en un colegio de Bo, Sierra Leona. Foto Afronline.
Tras el encuentro con el ministro, los directores de las escuelas secundarias del país se reunieron para ver cómo debían reaccionar ante estas declaraciones. La respuesta fue unánime: aceptaron bloquear el acceso a los exámenes tanto de las embarazadas como de las que ya fueran madres. La escusa dada para ello es que estas chicas carecen de autocontrol y son un mal ejemplo para las otras chicas.
“En nuestra cultura, en la escuela secundaria, no se permite a chicas visiblemente embarazadas hacer los exámenes. Nosotros creemos que eso animaría a otras chicas a hacer lo mismo”, dijo Sylvester Meheux, presidente de la conferencia de directores de escuelas secundarias, a Radio France International. “Otras copiarían el ejemplo y tendríamos montones de chicas embarazadas en las escuelas”, añadió.
“La educación necesita disciplina. Si no hay disciplina no se puede aprender. Tienes que tener en cuenta que cuando alguien está embarazada tiende a distraerse, la situación no le permite concentrarse y que se tome la educación seriamente”, continuó Meheux.
La norma, como señalábamos antes, no es nueva y, aunque nunca haya estado puesta por escrito, ha sido aplicada en todos los colegios del país: si tienes relaciones sexuales y te quedas embarazada, quedas fuera del sistema educativo; siempre utilizando como excusa que había que evitar el mal ejemplo que estas chicas representan para sus compañeras. Mientras que al futuro padre, muchas veces también estudiante, se le permite continuar sus estudios y suele recibir parabienes y ser admirado por compañeros y profesores al haber probado su hombría a una temprana edad.
No todos los sierraleoneses están de acuerdo con esta medida. Chernor Bah, activista por los derechos humanos, y director de la organización Youth Advocacy Group for the Global Edcuaction First Initiative, dice que el número de embarazos juveniles es muy alto en Sierra Leona y que esto es posiblemente debido a que trata de algo muy arraigado en la cultura del país. Bah comenta que aunque los jóvenes que están en edad escolar no deberían tener relaciones sexuales, la realidad es que las tienen y que en el caso de las chicas muchas veces es forzada. Citando unas estadísticas de 2008, Bah explica que el 85 % de las chicas entre 15 y 24 años fueron obligadas a mantener relaciones con hombres al menos 10 años mayores que ellas. Este activista aboga por la educación sexual de los jóvenes antes que expulsarlos de las aulas.
Para corroborar las palabras de Bah sobre la alta tasa de embarazos juveniles, basta mirar la Encuesta demográfica y de salud de Sierra Leona, de 2013, donde se lee que el 28 % de las jóvenes de entre 15 y 19 años tienen un hijo o están embarazadas. El Plan nacional para la reducción de los embarazos juveniles (2013-2015), elaborado por el gobierno sierraleonés, eleva las cifras al afirmar que un tercio de los embarazos que se producen en el país son de chicas menores de 19 años.
La crisis provocada por la epidemia de ébola parece haber disparado el número de embarazos juveniles. Según informa el canal de noticias Aljazeera, el estigma de las víctimas, el cierre de las escuelas y la pérdida de trabajos y familias han hecho a muchas mujeres y niñas mucho más vulnerables a la violencia y explotación sexual.
Algunas jóvenes han tenido que recurrir a la prostitución para sacar adelante a sus familias ante la falta de trabajo, el cierre de los pequeños negocios con los que sobrevivían o la desaparición de los padres. Muchas también han sido víctimas de violaciones.
Según la organización Humanist Watch Salone, en 2014 se denunciaron 2,200 violaciones, frente a las 1.500 de 2013. Sierra Leona es un país donde no se denuncian la mayoría de estos casos que suelen resolverse, sobre todo en las zonas rurales, entre las familias con el pago de una cantidad de dinero. Chirtopher Braima, coordinador de esta organización, también piensa que la causa de este aumento está en la epidemia de ébola.
Por eso, él también piensa que las chicas que han quedado embarazas no deben ser castigadas todavía más negándoles su derecho a la educación.
Para apoyar la campaña de Amnistía Internacional pidiendo que se permita a las jóvenes embarazadas hacer los examenes, pincha AQUÍ.
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