Distintas reacciones ante el abuso
La detención de dirigentes opositores en Venezuela ha provocado una amplia respuesta internacional. Es evidente que tales detenciones son sospechosas y que se debe exigir a las autoridades venezolanas que los detenidos tengan todas las garantías de defensa jurídica y trato correcto en prisión.
Pero llama la atención que no se produzca una reacción al menos idéntica ante un caso mucho más grave, como es el secuestro de más de 100 personas durante más de 10 años, sometidas a torturas que en algún caso llevaron a la muerte del prisionero, sin que las autoridades hayan formulado acusación alguna contra ellos y sin permitirles comparecer ante los jueces. Hechos todos ellos reconocidos por las autoridades de Estados Unidos. Me refiero, por supuesto, al caso de Guantánamo.— Augusto Klappenbach Minotti.
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