En la película Les enfants du Paradis Jean-Louis Barrault le dice a Arletty, “eres tan hermosa” y esta le responde, “no, no soy hermosa, estoy viva y eso es todo”. El retrato de la actriz recoge la fascinación y el misterio de una mujer capaz de seducir al poeta Jacques Prévert y el escritor Céline.© Studio Harcourt Paris
El rostro del escritor, crítico, cantante, autor de canciones y gran animador del Paris existencialista a la sombra de Saint-Germain-des-Prés se proyecta transfigurado y formando dúo inseparable con el instrumento musical que inmortalizó su alma de jazz.© Studio Harcourt Paris
Catherine Deneuve todavía no ha puesto su cabeza y cabellera en manos de los peluqueros de la casa Carita para transformarse en ese icono áureo que la inmortalizará en la pantalla. Primero Roger Vadim y después Jacques Demy codificarán su imagen y ese (falso) rubio luminoso y glacé que se le pasó por alto al mismísimo Alfred Hitchcock.© Studio Harcourt Paris
Aznavour todavía no ha dado ese gran salto que lo convertirá en uno de los grandes intérpretes de la escena musical a uno y otro lado del Atlántico mientras tanto su mirada parece soñar con ese éxito que se le resiste y que le espera a la vuelta de la esquina.© Studio Harcourt Paris
La actriz sueca se multiplica en un juego de luces y sombras que podría haber firmado su maestro y admirador, Alfred Hitchcock, pero para entonces otras estrellas y rubias ocupaban su lugar en la cámara del mago del suspense y la Bergman se forja en una segunda carrera teatral.© Studio Harcourt Paris
Desde sus papeles en la Francia del Frente Popular a las órdenes de Julien Duvivier, Marcel Carné o Jean Renoir hasta sus años de madurez como el inspector Maigret o jefe mafioso de la Riviera francesa, Jean Gabin no dejó de encarnar el alma de la Francia más profunda.© Studio Harcourt Paris
Godard había impuesto su figura neorromántica en Al final de la escapada y películas como Cartouche lo habían catapultado como actor popular y héroe espadachín para todos los públicos, un rostro capaz de enamorar a toda la familia.© Studio Harcourt Paris
Aunque su imagen física está más próxima a las vedettes tradicionales de los años 50 que a las futuras heroínas de la Nouvelle Vague, la actriz ensaya con éxito esa mirada poderosa de la mujer y futura estrella, libre y seductora, que exhibirá en la pantalla.© Studio Harcourt Paris
La estrella ha dejado atrás su imagen de venus imperial y en smoking a las órdenes del director Josef Von Sternberg y vuelve a reinar, despues del gran paréntesis de la Segunda Guerra Mundial, ahora como cantante y vedette del espectáculo en salas de fiestas y cabarets de todo el mundo que se prolongará hasta su despedida de los escenarios en los años setenta.© Studio Harcourt Paris
