La Europa que sí piensa en las mujeres
Cada año, con motivo del Día de la Mujer, el Parlamento Europeo organiza un seminario para la prensa con objeto de dar a conocer cuáles son sus reflexiones y proyectos con respecto a ese 50% de la población cuya proyección y cuyo papel en la sociedad está lejos de los objetivos deseados. Este año el tema elegido ha sido “El empoderamiento de las mujeres y las niñas a través de la educación”, del que se habló en Bruselas los días 4 y 5 de marzo en presencia de varias docenas de periodistas de todos los Estados miembros, quienes atendieron a argumentos complementarios o disonantes, en parte gracias a los buenos auspicios de los intérpretes multilingües.
En una Europa donde las mujeres tienen que trabajar 59 días al año más que los hombres para alcanzar el mismo salario (una brecha salarial del 16%) y donde el techo de cristal en las empresas es más bien un techo de cemento que la política europea se empeñan en no resquebrajar, insistiendo en no aprobar las polémicas y tan necesarias cuotas, pudimos escuchar a europarlamentarios/as y ponentes de idiosincrasias diversas debatir sobre la necesidad acuciante de dar un salto cualitativo en la lucha por la paridad e incentivar el acceso de las mujeres a derechos como fundamentales como la educación, que la presidenta de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género, Iratxe García Pérez (del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo), quien inauguró el seminario, bautizó como un derecho humano básico.A su vez el eurodiputado Ernest Maragall (del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea) se mostró muy lúcido al hablar refiriéndose a la educación del “efecto Penélope”, es decir, de una escuela que construye durante el día –en igualdad, en valores y en cultura- y de una sociedad que destruye en horario no escolar –con estereotipos, televisiones contraproducentes y videojuegos sexistas-.
Hubo también oportunidad de escuchar aportaciones de estados ajenos a la Unión Europea, como la de la enérgica periodista de la televisión pública egipcia Mona Sewilam, que expuso la dramática situación de las mujeres de su país, sometidas al azote del fundamentalismo, al tiempo que reclamaba una mayor responsabilidad de Europa con respecto a esas duras realidades no tan lejanas y que también repercuten en las inmigrantes que hoy ayudan a construir, o reconstruir, nuestra vieja Europa.
Estuvo asimismo sembrada la ex presidenta del Parlamento Vasco Izaskun Bilbao (del grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa), que optó por mostrar en la pantalla varoniles collages con las fotos que a diario contemplamos en la prensa, sea del color político que sea y de la nacionalidad que sea, donde a menudo las mujeres quedan relegadas a las páginas de contactos o, como mucho, al papel de víctimas; un espejo bien claro de que el camino que nos queda por recorrer es aún arduo y pedregoso.
Para celebrar asimismo la tan señalada fecha del Día Internacional de la Mujer, el Grupo S & D (Socialistas y Demócratas), que presenta el Manifiesto para hacer de la igualdad de derechos para las mujeres una realidad, organizó en el mismo Parlamento Europeo el encuentro “Women for Charge, Change for Women”. Allí se pudo escuchar el testimonio, entre otras, de la artista callejera francesa BauBô o de la dibujante de cómic tunecina Nadia Khiari (que firma como Willis from Tunis), empeñada en la tarea de combatir la perpetuación del machismo con el afilado humor que traslada a sus viñetas. Cerró el encuentro con enorme capacidad de convicción y gran bonhomía la húngara Zita Gurmai, invitando a construir entre todos y todas juntos un futuro mejor.
Siendo como son los sexos lo único que está repartido por igual en el mundo, desde el Parlamento Europeo se aspira a introducir el objetivo de la igualdad de género en un plazo que no sea eterno. En el ínterin, sin que sepamos si esa fecha se anuncia o no muy lejana, iniciativas como He for She, movimiento solidario para la igualdad iniciado por ONU Mujeres, sacuden los cimientos de nuestro ya de por sí tambaleante presente con acciones de las que los medios de comunicación se aprestan a recoger el guante. Y es que los medios de comunicación, aunque muchas veces insistan en no hacer su trabajo, son en última instancia creadores de masa crítica, de esa masa crítica imprescindible para cambiar las cosas.
Tal como dijo en una de las mesas del seminario la socialdemócrata alemana Maria Noichl, ponente de la Estrategia de la UE para la igualdad entre hombres y mujeres después de 2015, quien sólo piensa en el futuro corre el riesgo de olvidarse del presente, por lo que conviene mirar hacia el horizonte con ambición, pero no desatender las amenazas que cual sombras nos acucian hoy. La Unión Europea lo sabe y sabe también que una de sus responsabilidades más ambiciosas es poner los medios para que los actuales Estados miembros, a día de hoy 28, de Croacia a Bulgaria pasando por Finlandia o Polonia, sean también para las mujeres lugares más habitables.
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