La desaparición de la lámpara
Lámpara Ginger de Joan Gaspar (Marset)
Con la consolidación del LED (díodo emisor de luz) como inminente fuente de luz en el 90% de los hogares, oficinas y ciudades, las lámparas han sucumbido a una resta imparable que, en los mejores ejemplos, se detiene cuando la luminaria parece a punto de desaparecer y, sin embargo, consigue reinventarse.
Así, sucede con las premiadas lámparas de Joan Gaspar (Ginger –producida por Marset) o Fluvia (que Josep Lluscá ideó para Simón). Ambas optan por dirigir la fuente de luz, por servir para subrayar un espacio o se postulan para caldear una estancia desde una presencia leve, casi plana. La paradoja es que esta reinvención coincide con la progresiva desaparición de la lámpara como soporte para la iluminación: las nuevas luminarias menguantes que han sabido reinventarse lejos de perder su valor de uso han ampliado su función.
La madera es una vieja aliada de la iluminación más intimista, un material complicado de moldear con el que la luz mantiene una relación de exigencia mutua. Para que la madera deje pasar la luz es necesario que esta pierda uno de sus atributos fundamentales: la robustez. Y al atravesar la madera, la luz también deja de iluminar para pasar a ambientar. Hasta ahora. Con un plato de luz etéreo –inspirado en los platillos de Ginger Bake -batería de la banda de rock de los sesenta Cream- la luminaria que le rinde homenaje consigue un aspecto casi plano combinando láminas de madera y papel prensados a alta presión. Esta lámpara de Joan Gaspar (1966) se hizo con uno de los últimos premio Wallpaper de 2015. Nada menos que tres galardones internacionales se ha llevado también la serie Fluvia de otro grande del diseño español, Josep Lluscá. En sus diversas versiones, para marcar el perímetro de un espacio, para subrayar la arquitectura o despojada, aislada y convertida en foco, las luminarias Flat, Slim y Slim System de esta serie acumulan un Delta de Plata, un premio If y el Red dot al mejor diseño industrial.
Que las lámparas no van a desaparecer solo pueden decidirlo los mejores diseñadores. Parece que los más premiados están dispuestos a admitir cambios. Se han volcado a la resta formal al tiempo que se enfrentaban a la suma funcional. Ofrecer más con menos parece de nuevo el camino. También en la iluminación.
Serie Fluvia de Josep Lluscá (Simón)
Babelia
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