Harrison Ford se estrelló a solo 244 metros del aeropuerto

No pudo hacer otra cosa. Ese es el resultado del informe preliminar de las autoridades estadounidenses en el aterrizaje de emergencia que Harrison Ford efectuó la pasada semana en un campo de golf. El actor de Indiana Jones y La guerra de las galaxias salió con heridas de diferente consideración pero consciente de un incidente que el pasado jueves dejó su avioneta, un aparato de los utilizados para entrenamiento durante la Segunda Guerra Mundial, destrozada. Aún así nadie resultó herido ni hubo daños materiales en el aterrizaje de emergencia que este martes la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte describe como inevitable indicando que el actor no pudo hacer otra cosa que lo que hizo.

Las informaciones preliminares utilizan como fuente las comunicaciones que la estrella, que pilotaba la avioneta y era su único ocupante, tuvo por radio con la torre de control del aeropuerto municipal de Santa Mónica (California, EE UU) del que acababa de despegar. Ford, 72 años, informó de un fallo en el motor y solicitó un aterrizaje de emergencia. El impacto tuvo lugar en un campo de golf cercano al aeropuerto y a escasa distancia de numerosos hogares en una zona residencial costera muy poblada.

“La avioneta sufrió serios daños tras el fallo en su motor y el subsiguiente aterrizaje forzoso”, subrayó el organismo. El accidente tuvo lugar a tan solo 244 metros de la pista que el aeropuerto le había proporcionado a Ford para su aterrizaje. En su descenso la avioneta se llevó por delante la copa de un árbol. Aunque el informe no menciona a Ford por su nombre ha sido confirmado oficialmente que el actor era el único ocupante de la avioneta.

El accidente ha llenado la zona de curiosos pero también ha avivado las protestas en un barrio que, durante años, lleva solicitando sin éxito el cierre de este pequeño aeropuerto municipal para evitar este tipo de problemas. Ford, un habitual del aeropuerto de Santa Mónica y experto piloto, siempre se ha posicionado en el lado opuesto de estas quejas, respetando el uso de estas instalaciones.

Aunque las heridas del actor fueron descritas por su propio hijo, Ben Ford, como de escasa importancia cuando acudió a visitarle al hospital en el que se encuentra ingresado, el intérprete todavía continúa bajo observación médica. La asistencia que recibió no pudo ser más inmediata dado que el campo de golf de Penmar en el que cayó está frecuentado por numerosos doctores. Como declaró a la prensa local Sanjay Khurana, un cirujano especialista en problemas de columna que estaba en el lugar del accidente jugando al golf, el impacto de la avioneta se sintió “como un terremoto”. A pesar del olor a gasolina y de lo aparatoso del accidente no se produjo ningún incendio.

Las autoridades continuarán con la investigación centrándose en la causa de este fallo en el motor de un aparato que pese a ser de 1942 había sido restaurado como una pieza de coleccionista. No se esperan los resultados de este informe hasta finales de año.