Investigadores

Carta de la semana: Investigadores

En el número 2.002 leí con gran interés la entrevista a Josep Baselga. Hace 10 años se me diagnosticó un linfoma del que, gracias a Dios, estoy totalmente recuperada. Cuando empecé a leer me invadieron sentimientos de gratitud al doctor Baselga y a todas aquellas personas que se dedican a las investigaciones oncológicas. En un momento de la entrevista, dijo que en España se ha perdido una generación de científicos y que los recortes han hecho mucho daño a la investigación. Nos hemos permitido el lujo de desperdiciar la sabiduría de nuestros investigadores. Ojalá podamos aún subir a ese tren y lleguemos, aunque con retraso, a recuperar el terreno perdido.

Paquita Nogueroles. La Vila Joiosa (Alicante)

Malaria y cómic

El 8 de febrero leí con sorpresa la sección de Cómic donde hablan de las farmacéuticas y del estudio de enfermedades que afectan a países de baja renta. La vacuna del doctor Patarroyo a la que hace referencia el cómic de Paco Roca, llamada SPf66, fue evaluada en distintos ensayos clínicos sin éxito y esta es la razón por la que no se han seguido los siguientes pasos en el desarrollo comercial de esta vacuna. En España, somos vanguardia en el desarrollo de la primera vacuna en la historia de la medicina contra un parásito, el causante de la malaria. La vacuna RTS, S es la más avanzada clínicamente y lleva más de 30 años de desarrollo. Acaba de terminar el mayor ensayo clínico llevado a cabo en África, se han vacunado 16.000 niños en 11 sitios diferentes y la vacuna está patentada por Glaxo­SmithKlein.

Aparte de este dato, el cómic es muy ilustrador y hace hincapié en la regla del 90/10, que se refiere a que las farmacéuticas invierten el 90% de su capital en enfermedades que afectan al 10% de la población.

Itziar V. Ubillos. Correo electrónico

Vegamián y la ficción

Los lunes leo El País Semanal en mis descansos pictóricos y, una vez más, Julio Llamazares me espabila los poros de la piel recordándonos que el olvido es mala señal, poniendo en evidencia otros éxodos más cercanos de gente que tuvo que acostumbrarse a mirar el horizonte sin referencias y a aprender a ver de otra manera. El “regionato” Julio fue el respondón de la conciencia que intrigó a Benet: quién era el que se atrevía a ponerle trabas a su presa. Enhorabuena a Llamazares por recordarnos que hubo una vez unos valles donde las vacas y los capilotes pintaban un paisaje de armonía y tradición.

Sendo García Ramo. San Justo (León)

Justicia y humanidad

Soy juez. Como más de 4.000 en España, quizá más de 100.000 en Europa y millones en todo el mundo. Acabo de leer el artículo de Javier Marías Jueces no humanos (número 2.002). Y, sin ningún tipo de acritud, siento curiosidad por saber si usted lee un artículo igual sustituyendo a los jueces por escritores, ¿se sentiría concernido? Reléalo, por favor.

Luis Martín de Nicolás. Correo electrónico

Asuntos legales

Creo que somos algo más de 4.000 los jueces españoles, y, a más de uno, el artículo de Javier Marías Jueces no humanos habrá movido a responder o replicar. Yo fui una de esas personas a las que un juez de Registro Civil, el día que juré fidelidad al Rey y a la Constitución para acceder a la nacionalidad española, preguntó: “¿Usted ya habla español?”. Lo hablo, y bien, desde mi más tierna infancia. Esa fue mi respuesta. Mi sorpresa, mayúscula, porque parecía increíble que un juez español pudiera ignorar qué idioma se habla en Perú, donde nací. Han pasado cerca de 30 años. Entonces no podía imaginar que me convertiría en juez yo misma. Creo que soy la única extranjera de origen que se ha presentado a las famosas oposiciones y las aprobó en tiempo récord, y con buena nota, pese a mi acento sudamericano.

Su artículo me ha hecho pensar. ¿Y qué preguntaría yo, si me hallare en la tesitura, para no resultar ni arbitraria, ni injusta, ni elitista? Supongo que preguntas generales, como: ¿Qué es lo que más le gusta de la vida en España? ¿En qué ha cambiado su visión de la vida desde que vive aquí? Cuestiones muy generales, porque tampoco creo que ese “examen” sea lo más relevante. Los jueces no somos extraterrestres. Somos, para bien o para mal, fruto de nuestro tiempo, de la sociedad y sobre todo de la familia de cada cual, además de sus propias frustraciones y complejos. Afortunadamente, no todos somos iguales. Los hay mejores y peores. Toda generalización es mala. Que los jueces españoles (quiero creer que la mayoría) no estamos en la categoría que usted cita.

Sonia A. Chirinos Rivera. Correo electrónico