El último o el primero
FOTO: Filippo Poli
Este es un proyecto de 2009 fruto de un concurso “como los de antes”. Vivió varios recortes, varias optimizaciones espaciales, varias reducciones de presupuesto y fue consecuentemente compactado. Finalmente pasó dos años en “cuarentena”. Ahora ha visto la luz sin saber bien si se trata de un último coletazo de la época de encargos públicos o un primer proyecto del mundo nuevo de las soluciones económicas y exigentes.
El centro de Salud de Llinars del Vallés (Barcelona) se encuentra en una zona de equipamientos deportivos en el centro del pueblo. Una serie de rampas salvan los desniveles topográficos entre la calle y la entrada al edificio, más baja. Su autor, el arquitecto Gustau Gili Galfetti cuenta que el dispensario se levantó con sistemas constructivos económicos industrializados. Así, la fachada continua fue realizada con dos elementos prefabricados: una celosía de hormigón para las partes traslúcidas y paneles de GRC para las partes opacas. La celosía se hizo con un único molde de grandes dimensiones y fue colocada de maneras distintas, horizontal o vertical, consiguiendo diversos acabados a partir de un mismo elemento. Las celosías son ya una tradición en muchos de los trabajos de Gili Galfetti levantados junto al Mediterráneo. Con esos filtros, el arquitecto busca la privacidad de los usuarios al tiempo que trata de proteger del soleamiento excesivo las fachadas expuestas.
“Las fachadas este-oeste son las que quedan más expuestas a la radiación solar pues ahí el sol incide más bajo y entra más profundo. Por eso es conveniente protegerse”, explica el arquitecto. En esas dos fachadas es donde se dispone mayoritariamente la celosía. En el interior, un patio longitudinal central introduce luz natural y favorece la ventilación cruzada. En las zonas de consulta, las áreas de espera y los pasillos de acceso tienen contacto visual con el exterior para enfatizar el carácter más público de estos espacios y para favorecer la comodidad de los pacientes. Las consultas se abren al patio interior.
Así, dentro y fuera de este centro de salud, la celosía confiere a la fachada y a los pasillos un aspecto vibrante, cambiante de acuerdo con las variaciones de luz. Con eso, Gili Galfetti demuestra cómo un edificio sobrio, industrializado, de hormigón y prefabricado puede ser sin embargo sensual y amable con los usuarios y con la calle.
Precio por metro cuadrado según arquitecto: 1200 euros.
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